Con la bendición, la cercanía espiritual y un mensaje de aliento de Benedicto XVI,
se celebró la tradicional peregrinación anual Macerata-Loreto
Domingo, 14 jun (RV9.- Con la bendición, la cercanía espiritual y un mensaje de aliento
de Benedicto XVI, ha tenido lugar anoche la tradicional peregrinación anual de miles
de fieles que, desde la ciudad italiana de Macerata, culmina en el Santuario mariano
de Loreto.
En un telegrama enviado con ocasión de esta peregrinación a pie
desde Macerata a la Santa Casa de Loreto, el Santo Padre asegura su cercanía espiritual
a este significativo evento promovido por el movimiento de Comunión y Liberación,
junto con la diócesis, precisamente de esta ciudad de la región italiana de Las Marcas
y la prelatura de Loreto, con la colaboración de otras asociaciones eclesiales.
Además
de sus mejores deseos a los numerosos participantes, llamados a reflexionar sobre
el tema «Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios vivo», Benedicto XVI expresa el
anhelo de que cuantos participan en este camino nocturno de oración y reflexión puedan
vivir la gozosa experiencia de Cristo, experimentando asimismo la maternal intercesión
de la Virgen María madre de esperanza.
El Papa bendijo el pasado miércoles
la Antorcha de la paz, que peregrinó también anoche. La Santa Misa que precedió anoche
este camino de piedad, estuvo presidida por el Cardenal Arzobispo de Nápoles, Crescenzio
Sepe. Y en la liturgia participó también el Arzobispo de L’Aquila, Mons. Giuseppe
Molinari, que acompañaba a un numeroso grupo de fieles de la región italiana de Los
Abruzos, gravemente damnificada por el terremoto del pasado 6 de abril.
La
peregrinación a pie desde Macerata a Loreto nace en el año 1978, año de la elección
de Juan Pablo II y desde entonces se desarrolla durante la noche del segundo sábado
del mes de junio. Un profesor de religión de Macerata, don Giancarlo Vecerrica, lo
propuso a los estudiantes como gesto de agradecimiento a la Virgen al final del año
académico. Y de este modo se recuperó una antigua tradición, que tendía a desaparecer
con el clima de secularización. Durante el camino nocturno, que se desarrolla por
cerca de 26 km entre las colinas de Las Marcas, los peregrinos alternan el rezo del
Rosario con cantos y testimonios significativos.