2009-06-13 18:24:07

El Papa apoya un nuevo mundo económico con reglas y valores para construir “un modelo de desarrollo” más solidario que respete la dignidad humana


Sábado, 13 jun (RV).- Nuevos “valores y reglas en el mundo económico”, cuyo modelo de desarrollo debería estar más atento a “la solidaridad, y al respeto de la dignidad humana”. Este ha sido en síntesis el tema del discurso de Benedicto, al recibir esta mañana, a sus “venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio, así como a los demás amigos de la fundación” Centesimus Annus Pro Pontífice, a los que el Papa ha agradecido esta visita, que se inserta en el contexto de su reunión anual.

El Santo Padre les ha manifestado su gratitud por cuanto realizan en la Fundación, con probada generosidad y al servicio de la Iglesia, a la vez que ha saludado y ha agradecido de modo particular a su presidente, el conde Lorenzo Rossi di Montelera, quien previamente había interpretado los sentimientos comunes, exponiendo, a grandes líneas, la actividad de esta fundación.

Fundación, la Centesimus annus, que “colabora en la difusión de los valores humanos, éticos, sociales y cristianos; promueve la doctrina social cristiana favoreciendo iniciativas para desarrollar la presencia y la obra de la Iglesia católica en varios ámbitos de la sociedad y procura a la recogida de fondos para el apoyo de la actividad de la Sede Apostólica.

El Papa ha destacado que este encuentro adquiere un significado y un valor particular, a la luz de la situación que, en este momento, vive la entera humanidad. Señalando que “la crisis financiera y económica que ha afectado a los países industrializados, a los emergentes y a los que están en vías de desarrollo, muestra de modo evidente que hay que volver a elaborar ciertos paradigmas económico-financieros que han sido dominantes en los últimos años.

El Santo Padre se ha congratulado con la Fundación Centesimus Annus, que ayer afrontó en su congreso internacional, el tema de la búsqueda e individuación de los valores y las reglas a las que el mundo económico debería atenerse, para poner en práctica un nuevo modelo de desarrollo, más atento a las exigencias de la solidaridad y más respetuoso de la dignidad humana.

Benedicto XVI ha manifestado asimismo su satisfacción por el hecho de que se hayan estudiado las interdependencias entre instituciones, sociedades y mercado -en sintonía con la encíclica Centesimus annus de su venerado predecesor Juan Pablo II. Lo que han hecho, ha dicho el Papa, partiendo de la reflexión, según la cual, la economía de mercado, entendida como “un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía”, puede ser reconocida como vía de progreso económico y civil sólo si se orienta al bien común.

“Pero semejante punto de vista también debe acompañarse a la otra reflexión, según la cual, la libertad en el sector de la economía debe encuadrarse “en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral”, una libertad responsable “cuyo centro es ético y religioso”.

Y ha recordado también el Papa que, oportunamente, la mencionada encíclica afirma valores de crecimiento humano para todos.

“Así como la persona se realiza plenamente en la libre donación de sí misma, así también la propiedad se justifica moralmente cuando crea, en los debidos modos y circunstancias, oportunidades de trabajo y crecimiento humano para todos”

Antes de despedirse de los miembros de la fundación "Centesimus Annus Pro Pontifice", Benedicto XVI ha manifestado su esperanza de que las investigaciones desarrolladas en sus trabajos, inspirándose en los eternos principios del Evangelio, elaboren una visión de la economía moderna respetuosa de las necesidades y de los derechos de los débiles. Después el Papa ha anunciado la inminente publicación de su nueva encíclica.

“Como sabéis, próximamente será publicada mi encíclica dedicada, precisamente al vasto tema de la economía y del trabajo: en ella serán evidenciados los objetivos que nosotros, los cristianos, debemos perseguir y los valores que debemos promover y defender incansablemente, a fin de realizar una convivencia humana verdaderamente libre y solidaria”.

Por último, el Santo Padre ha expresado su complacencia por todo lo que está haciendo la Fundación a favor del Pontificio Instituto de Estudios Árabes y de Islamismo, a cuyas finalidades, el Papa atribuye gran valor, para establecer un diálogo interreligioso cada vez más fecundo.







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