FAO: la agricultura es esencial frente al cambio climático
Jueves, 11 jun (RV).- El uso de la agricultura para mitigar el cambio climático en
los países en desarrollo puede hacer que los cultivos sean más resistentes a las variaciones
del clima y ayudar a reducir el hambre y la pobreza, según ha señalado la FAO, la
Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, en un informe
para los participantes en una conferencia que se desarrolló la semana pasada en Bonn,
Alemania.
"Si la agricultura en los países en desarrollo se hace más sostenible,
incrementa su productividad y se hace más resistente al impacto del cambio climático,
ayudaría a reducir la cifra actual de cerca de mil millones de víctimas del hambre
y ofrecería mejores oportunidades de ingresos y empleo", señaló Alexander Mueller,
Director General Adjunto de la FAO.
"Millones de campesinos pobres en todo
el mundo podrían ayudar a reducir las emisiones de gases causantes del efecto invernadero",
subrayó Peter Holmgren, encargado por la FAO para las negociaciones de la ONU sobre
el cambio climático. "Pero ello requiere -añadió- muchas inversiones e información,
con el objetivo de cambiar los métodos de cultivo insostenibles y para formar a los
agricultores las prácticas para mitigar el cambio climático. Por ello, el nuevo acuerdo
mundial sobre el clima que se adopte en Copenhague en diciembre, necesita incluir
la agricultura", añadió Holmgren.
Los acuerdos de financiación existentes a
nivel mundial, como el Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kyoto, no están
llegando a los campesinos en los países pobres, según Holmgren. Se necesitan mecanismos
de financiación nuevos y más flexibles, que ofrezcan incentivos a los agricultores,
incluyendo a los pequeños campesinos, de forma que puedan participar en la reducción
y eliminación de los gases de efecto invernadero.
El objetivo del Mecanismo
de Desarrollo Limpio, por ejemplo, podría extenderse para incluir la reducción de
las emisiones de la deforestación y la degradación de los bosques, humedales, terrenos
de cultivos y pastizales, de forma que se aproveche el elevado potencial para retener
carbono en los suelos y en la biomasa terrestre.
La financiación de las iniciativas
sobre el cambio climático en la agricultura en los países en desarrollo debe contar
con fondos nuevos y adicionales, y estar claramente separada de la ayuda oficial al
desarrollo. Al mismo tiempo, es necesario aprovechar al máximo las oportunidades de
utilizar fondos procedentes de diferentes fuentes, de forma que se refuercen mutuamente.
La
agricultura es una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero,
con un 14 por ciento del total a nivel mundial. Los cambios de uso de la tierra -como
la deforestación- suponen otro 17 por ciento adicional. Entre 1990 y 2005, las emisiones
de la agricultura en los países en desarrollo se incrementaron en cerca del 30 por
ciento, y se espera que aumenten aún más. Pero las prácticas agrícolas sostenibles
ofrecen importantes oportunidades para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero,
y al mismo tiempo, incrementar la productividad agrícola. La retención de carbono
en los suelos, a través de una reducción del laboreo, la mejor gestión de los pastizales
y la restauración de tierras degradadas, supone la mayor parte del potencial de mitigación
en la agricultura. Otras opciones en este sentido incluyen un uso más eficiente de
los fertilizantes, una mejor gestión de los recursos hídricos y los arrozales, plantar
árboles, la alternancia de forrajes y el uso sostenible de la diversidad genética
animal.