Cultura y Humanismo: Día Mundial del Refugiado 2009
Miércoles, 10 jun (RV).- El próximo 20 de junio se celebra en todo el mundo el Día
Mundial del Refugiado. Para ayudar a las personas que viven en esta situación, la
Asamblea General de las Naciones Unidas creó hace más de cincuenta años el Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), con un mandato de tres años para
ayudar a reasentar a los refugiados europeos que aún estaban sin hogar como consecuencia
de la Segunda Guerra Mundial. Desde aquel entonces, el ACNUR no ha dejado de trabajar
para satisfacer las necesidades, cada vez mayores, de los refugiados y personas desplazadas
en el mundo.
De acuerdo con la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los
Refugiados, un refugiado es una persona que "tiene un fundado temor de ser perseguida
a causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social
u opinión política; y que al encontrarse fuera del país de su nacionalidad no puede
o no quiere, debido a ese temor, acogerse a la protección de su país".
La mayoría
de las personas pueden buscar de parte de sus gobiernos la garantía de que sus derechos
básicos sean respetados así como asegurar su seguridad física. Pero en el caso de
los refugiados, el país de origen ha demostrado ser incapaz o no muestra su disposición
de proteger tales derechos. Así, el ACNUR ha recibido el mandato de asegurar que los
refugiados sean protegidos en el país de asilo, asistiendo a los gobiernos en la medida
de lo posible a cumplir con esta tarea.
En el mundo hay más de 20 millones
de personas bajo la protección del ACNUR; de los cuales alrededor del 35 por ciento
son jóvenes entre los 12 y 24 años. Uno de los mayores movimientos de refugiados se
produjo en 2002, cuando dos millones de afganos, en particular, 1,8 millones de refugiados,
regresaban a su país en el marco de una operación de repatriación voluntaria que contó
con la asistencia del ACNUR y que representó una importante medida en la resolución
de una de las situaciones de refugiados más prolongadas del mundo.
No obstante,
como denunció la Asamblea General de la ONU, la protección de los refugiados se enfrenta
a retos graves, especialmente en las situaciones inestables de conflictos sin resolver,
como por ejemplo en África occidental y central. Allí y en otros lugares, la falta
de seguridad sigue siendo un problema endémico, elementos armados se infiltran en
los campamentos y asentamientos, los refugiados son interceptados y se les niega la
entrada o son devueltos poco después a la fuerza, no pueden acceder a procedimientos
de asilo efectivos, no reciben documentos, lo que incrementa el riesgo de que sean
detenidos, encarcelados arbitrariamente y expulsados.
Estas situaciones impiden
a los refugiados encontrar una protección efectiva y puede ocasionar un desplazamiento
ulterior, especialmente cuando los países tienen escasa capacidad para acoger a una
población de refugiados durante periodos que a veces pueden resultar decenios. Desde
el punto de vista de la protección de los refugiados, el reto principal consiste en
responder a las preocupaciones de los Estados de una manera que respete la protección
de los mismos.