Audiencia general: el Papa recomienda dedicar tiempo a la oración y la contemplación
de Dios, porque la fe cristiana “no afecta sólo a la mente y el corazón, sino también
a todos los sentidos''
Miércoles, 3 jun (RV).- Benedicto XVI dedica la catequesis de la Audiencia General
de hoy a la figura del monje benedictino Rabano Mauro, pensador, filósofo y teólogo
que contribuyó a la conversión al cristianísimo de muchos pueblos germánicos.
“Ni
el intenso ritmo laboral, ni las vacaciones deben ser un obstáculo para que los fieles
reserven algunos momentos del día a la oración y a la contemplación de Dios”. Son
momentos sin los cuales “las preocupaciones mundanas podrían llegar a imponerse en
nuestros pensamientos y corazones”. Lo ha subrayado Benedicto XVI esta mañana en
la plaza de san Pedro durante la Audiencia General, cuya catequesis ha dedicado el
Santo Padre a Rabano Mauro, monje benedictino de la Alta Edad Media.
Ante más
de 20 mil fieles y peregrinos, el Papa ha dicho que “debemos reservar algunos momentos
de nuestra vida cotidiana a Dios”. Una oración, un pensamiento cada día, “sin olvidar
la liturgia dominical, porque sólo así nuestra vida llega a ser grande y verdadera
vida”. Con el ejemplo de su vida, Rabano Mauro, nacido en Maguncia en torno al año
780, nos invita a “no desatender un tiempo reservado para contemplar el misterio y
la luz de Dios”.
Rabano Mauro, entró muy joven en el monasterio y en la orden
de san Benito. Llegó a ser abad de Fulda y consejero de príncipes. Contribuyó a la
conversión al cristianísimo de muchos pueblos germánicos. ''Conservó siempre un tiempo
para el estudio y otro para la oración - ha recordado el Pontífice - que ha señalado
que “la fe cristiana ''no afecta sólo la mente y el corazón, sino también a todos
los sentidos'': tanto los solicitados por el ''gusto estético'' como aquellos de la
''sensibilidad humana''.
El Santo Padre, citando el ejemplo del monje carolingio,
que fue artista y filósofo, ha afirmado que ''Dios se ha hecho carne y huesos y ha
entrado en el mundo sensible en todas las dimensiones del ser”. “Penetra la realidad,
penetra nuestro ser y nos transforma”. Síntesis final de las distintas percepciones
sensoriales de la vida religiosa, tanto para el monje medieval como para el Papa,
es la liturgia.
Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo
Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la Plaza de San
Pedro:
Queridos
hermanos y hermanas: Rabano Mauro, nacido en Maguncia en torno
al año setecientos ochenta, se le conoce como praeceptor Germaniae por el impulso
que dio al pensamiento filosófico, teológico, exegético y espiritual de su tiempo,
y por haber contribuido a la conversión al cristianismo de los pueblos limítrofes.
Monje desde muy joven, fue Abad del Monasterio de Fulda y posteriormente Arzobispo
de Maguncia. Su extraordinaria cultura le llevó a ser consejero de príncipes y garante
de la unidad del imperio, lo cual no le impidió seguir cultivando el estudio, demostrando
así que es compatible la entrega a los demás y la dedicación a la reflexión. Es probablemente
el autor del famoso himno Veni Creator Spiritus. En sus escritos aparece su amor a
la cruz, a la poesía, a la liturgia y a la Palabra de Dios, que comentó a lo largo
de su vida basándose en los Santos Padres y con una clara intención pastoral. En ocasiones
incluyó ilustraciones en el texto, para que la experiencia de fe abarcara también
los sentidos y se abriera paso por la sensibilidad artística. Se preocupó mucho también
de la disciplina eclesiástica y de la recta vida del clero. Saludo
a los peregrinos de lengua española, en particular a los miembros del movimiento “Familias
en Alianza”, así como a los de El Salvador, España, Ecuador, México y otros países
latinoamericanos. Invito a todos a que, a ejemplo de Rabano Mauro, las preocupaciones
de este mundo nunca los aparten del amor de Dios. Muchas gracias.
Como
siempre al final de la audiencia el Papa se ha dirigido a los jóvenes a los enfermos
y a los recién casados. Queridos jóvenes, el próximo domingo celebraremos la solemnidad
de la Santísima Trinidad. Os deseo que la contemplación del misterio trinitario os
introduzca cada vez más en el Amor divino. Queridos enfermos, gracias al Bautismo
la Santísima Trinidad está presente en vuestra vida. Que esto sea apoyo para cumplir
en toda circunstancia la voluntad del Señor. Y a vosotros, queridos recién casados,
que podáis inspiraros siempre en la comunión trinitaria para formar una familia cristiana
en la que se experimente, en el amor recíproco, la alegría de la oración y de la acogida
de la vida.