Cultura y Humanismo: "La Doctrina Social Católica y los Derechos Humanos"

Miércoles, 27 may (RV).- En nuestro programa de hoy dedicado a la Cultura y al Humanismo, analizaremos el estado de los derechos humanos en el mundo, basándonos en los resultados del reciente debate, en la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, sobre "La Doctrina Social Católica y los Derechos Humanos".

En este mes de mayo la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales acogió este debate concluyendo que los derechos humanos se están politizando tanto en el mundo de hoy que el concepto está perdiendo credibilidad y está en peligro de derrumbarse.

En este sentido los expertos en derecho internacional no dudaron en señalar que seguir las indicaciones dadas por Benedicto XVI, de apelar a la razón más que al relativismo, son un buen método para abordar el peligro.

Benedicto XVI explicaba a los miembros de la academia el pasado 4 de mayo, que la razón - "la presencia penetrante de un logos" – es la que permite al hombre "distinguir no sólo entre lo verdadero y lo falso, sino también entre el bien y el mal, entre lo mejor y lo peor, entre la justicia y la injusticia". "Esta capacidad de discernir, esta actuación radical, permite a toda persona descubrir la ley natural", explicaba el Santo Padre. "La ley natural es una guía universal que todos pueden reconocer y sobre esta base todos pueden comprenderse y amarse recíprocamente". Pero el Pontífice advertía que "si se ignora esta sólida base ética y política, los derechos humanos se debilitan, pues quedan privados de su fundamento".

Una de las ponencias más destacadas por las agencias católicas de información que cubrieron el evento, fue la de la profesora de política internacional Janne Haaland-Matlary, quien puso en evidencia que “debido a una falta de acuerdo en la sociedad sobre lo que constituye la naturaleza humana y cómo se define, los derechos humanos se están volviendo cada vez más vulnerables a la explotación política”. Según la experta de la Universidad de Oslo, “este proceso de manipulación no es nuevo, pero comenzó a acelerarse en los años noventa cuando grupos de presión, organizaciones no gubernamentales y gobiernos, buscaron cambiar la opinión pública sobre temas como el aborto, y ahora, cada vez más, el matrimonio y la familia”. Hoy casi todos los gobierno, hablan de derechos humanos, y esto hace “que sea imperativo definir los derechos humanos de la manera más objetiva posible", porque los derechos humanos "surgen y derivan de la dignidad humana" y no son "dados, quitados o cambiados por los estados".

Estaba también presente en el encuentro, el Premio Nobel de economía 2001, Joseph Stiglitz. Para el académico norteamericano y miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, el desafío al que se enfrentan los derechos humanos hoy, es dónde dibujar las fronteras de su aplicación. En este sentido cree que se ha hecho demasiado poco para reforzar las leyes sobre temas importantes como la tortura y en cambio se habla mucho en aquellas áreas que "no están dentro de su objetivo".

Por último intervino el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, en Honduras. El cardenal habló de las implicaciones de la globalización. La globalización no puede reducirse sólo a libre mercado, afirmaba, sino que es necesario "que vaya más allá", si se va a convertir en lo que el Papa Juan Pablo II llamó la "globalización de la solidaridad". Haciéndose eco de los puntos de vista de Stiglitz, cree que la crisis económica no se debe a los mercados sino al "déficit de ética" en el mundo económico. "El ser humano está siempre sujeto e inclinado al pecado, por lo que necesitamos recuperar la dimensión ética, pero no como si la Iglesia pusiera un sombrero sobre las personas, o una chaqueta a medida", explicaba. "La ética tiene que salir del interior de la persona, de la mejor parte del ser humano, que se hace dos preguntas básicas: ¿Quién soy? ¿Y por qué estoy en este mundo?". Añadió que esta perspectiva ética se puede formar si cada individuo mira a la economía en un sentido más amplio, en vez del estrecho limitado "a la bolsa o a los mercados".