El 24 de mayo, Jornada de Oración por la Iglesia en China
Jueves, 21 may (RV).- Este domingo 24 de mayo se celebra la Jornada de Oración por
la Iglesia en China, propuesta por el Santo Padre Benedicto XVI en la Carta a la Iglesia
católica en la República Popular China. La elección del 24 de mayo se debe a que es
el día que se celebra la memoria litúrgica de la Beata Virgen María, gran ayuda y
guía de los cristianos, y particularmente venerada en el santuario mariano de Sheshan,
en Shangai.
En la carta de 2007, Benedicto XVI ofrecía algunas orientaciones
sobre la vida de la Iglesia y la obra de evangelización en China, para ayudar a descubrir
lo que el Señor y Maestro, Jesucristo, quiere de cada uno de ellos.
Considerando
algunas transformaciones positivas de la situación de la Iglesia en China, las mayores
oportunidades y facilidades en las comunicaciones y, las peticiones que varios Obispos
y sacerdotes le dirigieron, Benedicto XVI revocó con la Carta dirigida a la Iglesia
en China, “todas las facultades que fueron concedidas para afrontar exigencias pastorales
particulares, surgidas en tiempos realmente difíciles”. Así como “todas las directrices
de orden pastoral, pasadas y recientes”, porque los principios doctrinales que las
inspiraron” tienen ahora una nueva aplicación” en las directrices contenidas en la
Carta enviada por el Pontífice.
“Queridos Pastores y fieles –dijo el
Papa- el día 24 de mayo, que está dedicado a la fiesta litúrgica de la Santísima Virgen
María, Auxilio de los Cristianos, podría llegar a ser en el futuro una ocasión para
los católicos de todo el mundo para unirse en oración con la Iglesia en China”.
Con
el deseo de que esta fecha sea un día de oración por la Iglesia en China, el Papa
exhortó a celebrarla renovando la “comunión de fe en Jesús, Nuestro Señor, y vuestra
fidelidad al Papa, rogando para que la unidad entre vosotros sea cada vez más profunda
y visible”. Benedicto XVI recordó además en su misiva el mandamiento del amor que
Jesús nos dio, de amar a nuestros enemigos y rogar por los que nos persiguen, además
de la invitación del apóstol san Pablo: “Te ruego, lo primero de todo, que hagáis
oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres, por los
reyes y por todos los que están en el mundo, para que podamos llevar una vida tranquila
y apacible, con toda piedad y decoro. Eso es bueno y grato ante los ojos de nuestro
Salvador, Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento
de la verdad” (1 Tm 2,1-4).
En esta misma Jornada, los católicos en
el mundo entero —en particular los de origen chino— muestran su solidaridad y solicitud
fraterna por la iglesia en china, pidiendo “al Señor de la historia el don de la perseverancia
en el testimonio, seguros de que vuestros sufrimientos pasados y presentes por el
santo Nombre de Jesús y vuestra intrépida lealtad a su Vicario en la tierra serán
premiados, aunque a veces todo pueda parecer un triste fracaso”, finalizó el Pontífice
su misiva anunciando el 24 de mayo como Jornada de Oración por la Iglesia en China.