2009-05-15 15:59:41

El P. Lombardi califica de peregrinaje “de mensaje y de escucha” el viaje del Papa a Tierra Santa


Viernes, 15 may (RV).- Desde Tierra Santa el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y de nuestra emisora, el P. Federico Lombardi, ha realizado también un balance de la peregrinación del Santo Padre, poniendo de relieve, que las dos dimensiones fundamentales que han acompañado al Papa han sido el mensaje de paz y la escucha a los demás.

El mensaje que el Papa ha dado ha sido un mensaje muy coherente y en correspondencia con lo que él había anunciado, un mensaje de paz. Con matices diversos, paz entre los estados, paz entre las diversas religiones, paz entre los diversos ritos de la Iglesia católica y las diversas confesiones cristianas. Por tanto un tema muy variado, unitario pero aplicado a tantas situaciones, a tantas relaciones con componentes muy variados, y aquí en Tierra Santa se nota de verdad una sociedad formada por las tradiciones, por la lengua, por la religión y por esto se entiende que crear la unidad, buscar la paz, no es una cosa simple. Por lo tanto, el mensaje que Benedicto XVI ha traído a Jerusalén es símbolo crucial - digamos - el deseo de paz, pero también de la dificultad de conseguirla, ha sido sin duda muy importante.

¿Cuáles han sido los momentos que más le han impresionado de este viaje?

A mí me ha impresionado la visión de este viaje. No ha sido sólo el viaje del “mensaje” del Papa, del Papa que habla a los demás, sino que ha sido también el viaje de un Papa que escucha. Benedicto XVI es una persona que siempre escucha mucho, con mucha atención, a lo largo de toda su vida, y también en todo su pontificado. Las personas que encuentra, de diverso tipo: eclesiásticos, políticos, etc., son personas a las cuales él escucha. Personas de las cuales él recibe mucho, que - digamos - lleva muy profundamente dentro de sí para la reflexión y la oración. En este viaje él ha escuchado muchísimo: ha escuchado a todas estas personas a las cuales antes me refería, hombres políticos de tres estados diferentes, Jordania, Israel y el Territorio Palestino, con sus tensiones. Hombres religiosos de tres religiones diferentes, judíos, los rabinos, los muftí, los líderes musulmanes en Jordania, en Israel en los Territorios, los cristianos de diversos ritos con sus diversos problemas; una escucha continua, riquísima, con gran paciencia y atención, y esto creo le ha dado una gran experiencia, muy profunda, de qué cosa es la realidad humana y espiritual en Tierra Santa, y por tanto, cual es la profundidad a la cual se debe poner a la cuestión de la búsqueda de la paz. Como una búsqueda de dimensiones de escucha, de compromiso y de diálogo espiritual, cultural, social, político, etc. Por tanto un viaje “del mensaje” y viaje “de la escucha”. Estas son las dos dimensiones fundamentales que han acompañado al Papa en su peregrinación.

Una peregrinación, pues, siguiendo las huellas de Jesús en Tierra Santa, pero también una peregrinación a los santuarios de las otras dos religiones monoteístas.

El Papa ha venido aquí como vienen todos los cristianos, todos los creyentes, para reencontrarse con los lugares fundamentales de nuestra fe. Ha partido del monte Nebo mirando hacia la Tierra Prometida, ha pasado al Bautismo de Jesús, luego ha pasado a Belén, a Nazaret, ha pasado al fin al Santo Sepulcro, al Cenáculo. Por tanto la vida de Jesús, vuelta a recorrer… Pero todo esto ha permanecido de alguna manera bajo un nivel muy discreto, casi bajo tono y quizás menos evidente, porque no era el aspecto que llamaba la atención del gran público, de la prensa internacional. El Papa ha sido también un peregrino en los lugares santos de las otras grandes religiones con las cuales dialogaba, ha estado en el “Yad Vashem”, ha estado en el muro occidental, ha estado en las mezquitas, en Jordania, ha estado en la Mezquita de la Cúpula de la Roca… Por lo tanto, ha ido a aquellos lugares por los cuales él pide libertad de acceso. El Papa y la Iglesia, piden también el estatuto especial para Jerusalén, y la posibilidad del acceso libre a los lugares santos de las tres religiones… El Papa ha sido un peregrino a los lugares santos de las tres religiones. Diría que ha dado un gran ejemplo de lo que quiere decir también la actitud hacia el diálogo interreligioso, manifestando el respeto y el interés por aquello que es lo más sagrado para las otras dos religiones que nos son más cercanas desde el punto de vista digamos, de la relación con Dios porque son monoteístas y tienen aspectos de una raíz común profundísima.

La prensa árabe ha destacado sorprendida sobre todo el valor que ha tenido el Papa al entrevistarse con el pueblo palestino.

«Sí, ciertamente, yo también creo que ha sido un viaje de valor y esperanza al mismo tiempo. El Papa tenía conciencia que iba a llegar a una situación rica de tensiones. No es un momento fácil para Oriente Medio, para Tierra Santa y para Jerusalén. El Papa lo sabía muy bien y nos habíamos preguntado si era oportuno que viniera. Pero, como ya hizo su predecesor - todas las veces en que había alguna duda y las personas prudentes – aun con buenas intenciones, decían: ‘Pero no, seamos prudentes, posterguemos...’ - ha elegido en la dirección del valor, que es un valor cristiano, que es un testimonio de fe y de esperanza y me parece precisamente que ha tenido razón. Porque luego su mensaje pasa, su mensaje es entendido como un mensaje de amor, de esperanza y de paz. El Papa en los territorios palestinos ha reiterado algunas líneas que no son particularmente nuevas. Son aquellas de la línea de la Santa Sede sobre los temas de los caminos por los cuales encontrar la paz en la justicia en estas tierras. Pero no es fácil decir estas cosas ante el muro, decirlas en el campo de refugiados, decirlas encontrando también a los hombres políticos de Israel. Sin embargo los discurso del Papa han sido siempre extremadamente equilibrados y por lo tantos aceptables y respetados por ambas partes. Él ha dicho siempre que se debe buscar verdaderamente la paz y la reconciliación para todos, para ambas partes.

¿Qué mensaje deja Benedicto XVI a la Iglesia local de Tierra Santa?

«El encuentro con la Iglesia local se ha vuelto cada vez más evidente, sobre todo en los últimos días: el día de Belén y el día de Nazaret, con las grandes celebraciones, y en Jerusalén, la tarde anterior, que ha sido una introducción. Diría además que la Misa de Belén y la Misa de Nazaret han sido grandes fiestas, grandes. Nunca las había habido. Han sido también más grandes que las que se vivieron con Juan Pablo II. Ésa es una cosa que se debe observar: Juan Pablo II era el primer Papa que abría ciertos caminos. El primero que iba al Muro de las Lamentaciones, el primero que iba a la mezquita ... Por lo que Benedicto XVI no ha tenido el efecto de novedad, que podría tener Juan Pablo II. Pero Benedicto XVI ha confirmado una continuidad, el proseguir por la misma línea. Y, por lo que se refiere a la Iglesia, va hacia adelante también con estos grandes momentos de fiesta y de celebración común, numerosa, para comunidades que son minoría y se sienten pequeñas, pobres y dispersas. Me parece, un momento de gran confianza, vivido por las comunidades cristianas locales, que es precisamente lo que el Papa deseaba darles: una confianza garantizada por la fe, evidentemente, pero también con aquella experiencia humana y cristiana y del estar juntos en la celebración, que marca con esta experiencia vivida y visible una etapa de esperanza que crece».








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