El P. Lombardi califica de peregrinaje “de mensaje y de escucha” el viaje del Papa
a Tierra Santa
Viernes, 15 may (RV).- Desde Tierra Santa el director de la Oficina de Prensa de la
Santa Sede y de nuestra emisora, el P. Federico Lombardi, ha realizado también un
balance de la peregrinación del Santo Padre, poniendo de relieve, que las dos dimensiones
fundamentales que han acompañado al Papa han sido el mensaje de paz y la escucha a
los demás.
El mensaje que el Papa ha dado ha sido un mensaje muy coherente
y en correspondencia con lo que él había anunciado, un mensaje de paz. Con matices
diversos, paz entre los estados, paz entre las diversas religiones, paz entre los
diversos ritos de la Iglesia católica y las diversas confesiones cristianas. Por tanto
un tema muy variado, unitario pero aplicado a tantas situaciones, a tantas relaciones
con componentes muy variados, y aquí en Tierra Santa se nota de verdad una sociedad
formada por las tradiciones, por la lengua, por la religión y por esto se entiende
que crear la unidad, buscar la paz, no es una cosa simple. Por lo tanto, el mensaje
que Benedicto XVI ha traído a Jerusalén es símbolo crucial - digamos - el deseo de
paz, pero también de la dificultad de conseguirla, ha sido sin duda muy importante.
¿Cuáles
han sido los momentos que más le han impresionado de este viaje?
A mí me
ha impresionado la visión de este viaje. No ha sido sólo el viaje del “mensaje” del
Papa, del Papa que habla a los demás, sino que ha sido también el viaje de un Papa
que escucha. Benedicto XVI es una persona que siempre escucha mucho, con mucha atención,
a lo largo de toda su vida, y también en todo su pontificado. Las personas que encuentra,
de diverso tipo: eclesiásticos, políticos, etc., son personas a las cuales él escucha.
Personas de las cuales él recibe mucho, que - digamos - lleva muy profundamente dentro
de sí para la reflexión y la oración. En este viaje él ha escuchado muchísimo: ha
escuchado a todas estas personas a las cuales antes me refería, hombres políticos
de tres estados diferentes, Jordania, Israel y el Territorio Palestino, con sus tensiones.
Hombres religiosos de tres religiones diferentes, judíos, los rabinos, los muftí,
los líderes musulmanes en Jordania, en Israel en los Territorios, los cristianos de
diversos ritos con sus diversos problemas; una escucha continua, riquísima, con gran
paciencia y atención, y esto creo le ha dado una gran experiencia, muy profunda, de
qué cosa es la realidad humana y espiritual en Tierra Santa, y por tanto, cual es
la profundidad a la cual se debe poner a la cuestión de la búsqueda de la paz. Como
una búsqueda de dimensiones de escucha, de compromiso y de diálogo espiritual, cultural,
social, político, etc. Por tanto un viaje “del mensaje” y viaje “de la escucha”. Estas
son las dos dimensiones fundamentales que han acompañado al Papa en su peregrinación.
Una peregrinación, pues, siguiendo las huellas de Jesús en Tierra Santa,
pero también una peregrinación a los santuarios de las otras dos religiones monoteístas.
El
Papa ha venido aquí como vienen todos los cristianos, todos los creyentes, para reencontrarse
con los lugares fundamentales de nuestra fe. Ha partido del monte Nebo mirando hacia
la Tierra Prometida, ha pasado al Bautismo de Jesús, luego ha pasado a Belén, a Nazaret,
ha pasado al fin al Santo Sepulcro, al Cenáculo. Por tanto la vida de Jesús, vuelta
a recorrer… Pero todo esto ha permanecido de alguna manera bajo un nivel muy discreto,
casi bajo tono y quizás menos evidente, porque no era el aspecto que llamaba la atención
del gran público, de la prensa internacional. El Papa ha sido también un peregrino
en los lugares santos de las otras grandes religiones con las cuales dialogaba, ha
estado en el “Yad Vashem”, ha estado en el muro occidental, ha estado en las mezquitas,
en Jordania, ha estado en la Mezquita de la Cúpula de la Roca… Por lo tanto, ha ido
a aquellos lugares por los cuales él pide libertad de acceso. El Papa y la Iglesia,
piden también el estatuto especial para Jerusalén, y la posibilidad del acceso libre
a los lugares santos de las tres religiones… El Papa ha sido un peregrino a los lugares
santos de las tres religiones. Diría que ha dado un gran ejemplo de lo que quiere
decir también la actitud hacia el diálogo interreligioso, manifestando el respeto
y el interés por aquello que es lo más sagrado para las otras dos religiones que nos
son más cercanas desde el punto de vista digamos, de la relación con Dios porque son
monoteístas y tienen aspectos de una raíz común profundísima.
La prensa
árabe ha destacado sorprendida sobre todo el valor que ha tenido el Papa al entrevistarse
con el pueblo palestino.
«Sí, ciertamente, yo también creo que ha sido un
viaje de valor y esperanza al mismo tiempo. El Papa tenía conciencia que iba a llegar
a una situación rica de tensiones. No es un momento fácil para Oriente Medio, para
Tierra Santa y para Jerusalén. El Papa lo sabía muy bien y nos habíamos preguntado
si era oportuno que viniera. Pero, como ya hizo su predecesor - todas las veces en
que había alguna duda y las personas prudentes – aun con buenas intenciones, decían:
‘Pero no, seamos prudentes, posterguemos...’ - ha elegido en la dirección del valor,
que es un valor cristiano, que es un testimonio de fe y de esperanza y me parece precisamente
que ha tenido razón. Porque luego su mensaje pasa, su mensaje es entendido como un
mensaje de amor, de esperanza y de paz. El Papa en los territorios palestinos ha reiterado
algunas líneas que no son particularmente nuevas. Son aquellas de la línea de la Santa
Sede sobre los temas de los caminos por los cuales encontrar la paz en la justicia
en estas tierras. Pero no es fácil decir estas cosas ante el muro, decirlas en el
campo de refugiados, decirlas encontrando también a los hombres políticos de Israel.
Sin embargo los discurso del Papa han sido siempre extremadamente equilibrados y por
lo tantos aceptables y respetados por ambas partes. Él ha dicho siempre que se debe
buscar verdaderamente la paz y la reconciliación para todos, para ambas partes.
¿Qué
mensaje deja Benedicto XVI a la Iglesia local de Tierra Santa?
«El encuentro
con la Iglesia local se ha vuelto cada vez más evidente, sobre todo en los últimos
días: el día de Belén y el día de Nazaret, con las grandes celebraciones, y en Jerusalén,
la tarde anterior, que ha sido una introducción. Diría además que la Misa de Belén
y la Misa de Nazaret han sido grandes fiestas, grandes. Nunca las había habido. Han
sido también más grandes que las que se vivieron con Juan Pablo II. Ésa es una cosa
que se debe observar: Juan Pablo II era el primer Papa que abría ciertos caminos.
El primero que iba al Muro de las Lamentaciones, el primero que iba a la mezquita
... Por lo que Benedicto XVI no ha tenido el efecto de novedad, que podría tener Juan
Pablo II. Pero Benedicto XVI ha confirmado una continuidad, el proseguir por la misma
línea. Y, por lo que se refiere a la Iglesia, va hacia adelante también con estos
grandes momentos de fiesta y de celebración común, numerosa, para comunidades que
son minoría y se sienten pequeñas, pobres y dispersas. Me parece, un momento de gran
confianza, vivido por las comunidades cristianas locales, que es precisamente lo que
el Papa deseaba darles: una confianza garantizada por la fe, evidentemente, pero también
con aquella experiencia humana y cristiana y del estar juntos en la celebración, que
marca con esta experiencia vivida y visible una etapa de esperanza que crece».