2009-05-12 12:51:51

Benedicto XVI exhorta a las personas de buena voluntad a superar incomprensiones y conflictos del pasado y, con sincero diálogo, construir un mundo de justicia y paz para las generaciones futuras


Martes, 12 may (RV).- Benedicto XVI ha visitado este martes la Cúpula de la Roca, el monumento islámico más antiguo de Tierra Santa, y donde “los caminos de las grandes religiones monoteístas del mundo se encuentran, recordándonos todo lo que ellas tienen en común”. En la primera actividad del día en Jerusalén el Papa ha recordado que “en un mundo tristemente lacerado por las divisiones, este sagrado lugar constituye un estímulo y constituye un reto para los hombres y mujeres de buena voluntad para comprometerse a superar las incomprensiones y los conflictos del pasado y encaminarse por la vía del diálogo sincero orientado a la construcción de un mundo de justicia y paz para las generaciones futuras”.

Ante las dificultades y el pesimismo ante las posibilidades de éxito del diálogo, el Santo Padre ha recomendado comenzar con la creencia compartida de las tradiciones religiosas de que el único Dios es la fuente infinita de justicia y misericordia, “porque en Él existen en perfecta unidad. “En otras palabras, ha explicado el Papa, la fidelidad al único Dios, al Creador conlleva el reconocimiento de que los seres humanos están unidos los unos a los otros, porque todos extraen su existencia de una única fuente y se encaminan a una meta común”.

Benedicto XVI ha indicado además que quienes honran al único Dios tienen una gran responsabilidad, porque creen que Él considerará a los seres humanos responsables de sus acciones.

También en esta ocasión el Pontífice ha insistido en su visita a Jerusalén como peregrinación de fe y ha subrayado el ardiente deseo de la Iglesia de cooperar para el bienestar de la familia humana. “La Iglesia cree firmemente que la promesa hecha a Abraham tiene un alcance universal, que abraza a todos los hombres y mujeres independientemente de su proveniencia y su pertenencia social”.

En esta visita Benedicto XVI ha resaltado en numerosas ocasiones todo aquello que comparten las tres religiones monoteístas, como la creencia en un único Dios, creador y regidor de todo. “Las tres reconocen a Abraham como antepasado propio, un hombre de fe al que Dios concedió una bendición especial. Las tres han cosechado multitud de seguidores a lo largo de los siglos y han inspirado un rico patrimonio espiritual, intelectual y cultural”.








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