Audiencia general: Benedicto XVI exhorta a buscar, mediante la fe, la presencia de
Dios en la Iglesia y en cada ser humano, no obstante el pecado y la suciedad oscurezcan
su rostro
Miércoles, 29 abr (RV).- Más de 30 mil fieles y peregrinos han acogido esta mañana
en la plaza de san Pedro a Benedicto XVI que ha presidido la habitual Audiencia General
de los miércoles. Aclamado y aplaudido con gran entusiasmo, el Papa ha aparecido sonriente
y en buena forma, tras la fatigosa visita de ayer a las zonas sacudidas por el terremoto
de los Abruzos. El Pontífice ha dado una vuelta a la plaza subido en un jeep blanco,
saludando a las personas de los diversos sectores, que le han expresado como siempre
grandes muestras de afecto.
“Amar a la Iglesia”. Esta es, ha dicho el Papa,
una de las enseñanzas todavía hoy actuales de san Germano, patriarca de Constantinopla,
al cual el Pontífice ha dedicado la catequesis y las reflexiones de la audiencia de
hoy. “Nosotros vemos de la Iglesia - ha manifestado el Santo Padre, añadiendo unas
palabras improvisadas en su catequesis - sobre todo pecados en negativo, pero con
la ayuda de la fe podemos hoy y siempre descubrir en la Iglesia la belleza divina,
Dios que se hace presente”.
“Hay una cierta visibilidad de Dios en el mundo
y de la Iglesia, y tenemos que aprender a verlos”, ha proseguido Benedicto XVI, señalando
“las tres cosas” que nos indica san Germano de Constantinopla: “Dios ha creado al
hombre a imagen y semejanza suya, pero sobre esta imagen se ha descubierto tanta suciedad
derivada del pecado, que la belleza de Dios casi no traslucía. Por eso Dios se ha
hecho hombre, y en Cristo podemos contemplar el rostro de Dios y aprender a ser verdaderos
hombres, a imagen de Dios”, ha indicado el Papa. “De este modo, Dios nos invita a
imitarlo, para que así en cada hombre trasluzca el rostro, la imagen de Dios”.
“Dios
había prohibido que se hicieran imágenes de Él, contra la tentación de la idolatría
y del paganismo”, ha recordado Benedicto XVI, comentando el papel de san Germano en
la lucha en defensa de las imágenes”, y que se había opuesto a las presiones del emperador
iconoclasta de Bizancio, León III. El Pontífice ha observado que Dios “a través de
Cristo se ha hecho visible, y las santas imágenes nos enseñan a ver a Dios en el rostro
de Cristo, de los santos, de todos los hombres”. Otra enseñanza de san Germano válida
todavía hoy es “la belleza y la dignidad de la liturgia”. “Celebramos la liturgia
ante la presencia de Dios, - ha exhortado el Papa - con la dignidad y la belleza que
nos hacen ver un poco la imagen de Dios”.
Este ha sido el resumen que de
su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua
presentes en la Plaza de san Pedro:
Queridos
hermanos y hermanas: Hoy hablamos del Patriarca Germano de Constantinopla,
conocido sobre todo por defender la devoción por los iconos e imágenes sagradas, ante
la campaña iconoclasta del Emperador de Bizancio que las quería eliminar. Como no
consiguió frenarlo, se vio forzado a dimitir, recluyéndose en un monasterio donde
murió en el olvido. Pero su nombre fue ensalzado más tarde por el Segundo Concilio
de Nicea, del año setecientos ochenta y siete, en el que se reconocieron sus méritos
y se ratificó la tradición de venerar las imágenes. Germano es recordado también por
su atención al decoro de la retórica en la predicación, como es característico en
la tradición bizantina, convencido de que la hermosura de los himnos, composiciones
poéticas y homilías es tan importante en la liturgia como la belleza de los lugares
en que se celebra. A él debemos algunas piezas que han marcado la piedad durante siglos
y en las que también hoy puede encontrarse un tesoro de espiritualidad. Son particularmente
famosos algunos textos suyos sobre la Santísima Virgen María y el misterio de la Iglesia. Saludo
con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los peregrinos de
la diócesis de Chascomús, con su Obispo, Monseñor Carlos Humberto la Malfa. Que los
esfuerzos de nuestros antepasados en la fe por transmitir, profundizar y enaltecer
la verdad cristiana, nos impulsen también hoy a dar realce y brillantez a los misterios
divinos que profesamos. Muchas gracias.
Como siempre al final
de la audiencia el Papa se ha dirigido a los jóvenes a los enfermos y a los recién
casados. La Liturgia celebra hoy santa Catalina de Siena, virgen dominica y doctora
de la Iglesia, además compatrona de Italia con san Francisco de Asís. Queridos jóvenes,
especialmente a vosotros, ministrantes de la “Parroquia de los Santos Antonio y Aníbal
María”, de Roma, sed unos enamorados de Cristo, como lo fue Catalina, para seguirlo
con entusiasmo y fidelidad. Vosotros, queridos enfermos, sumergid vuestros sufrimientos
en el misterio de amor de la Sangre de Redentor, contemplado con especial devoción
por la gran santa de Siena. Vosotros, queridos recién casados, con vuestro recíproco
y fiel amor sed signo elocuente del amor de Cristo por la Iglesia.