Miércoles, 22 abr (RV).- Ana es otro de los personajes que junto con Barzilay, y Noemí,
podríamos considerar secundario, a otro de mayor importancia. Ana la profetisa, una
mujer muy anciana nos enseña que la esperanza nos acompaña a lo largo de los años,
y que la vida, también en edad avanzada tiene su valor. Aparece vinculada al anciano
Simeón, en el momento en que éste toma en brazos al Niño Jesús, llamándolo salvador
luz y gloria. Ana, agraciada de poder conocer al Niño “alababa a Dios y hablaba de
él a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén”. Como una abuela, cuenta
nuestra autora*, daba vueltas por el templo con la imagen del Niño grabada en sus
pupilas y contándole a todo el mundo cómo era.
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* Dolores Aleixandre, teóloga y religiosa del Sagrado Corazón, licenciada
en Filología Bíblica Trilingüe. Profesora Emérita de Sagrada Escritura en Comillas,
España… Autora de: “Las puertas de la tarde. Envejecer con esplendor” Ed. Sal Terrae,
España 2007