El cardenal Bertone pide apoyo material y espiritual concreto para los cristianos
de Tierra Santa
Viernes, 17 abr (RV).- El cardenal Tarcisio Bertone pidió apoyo material y espiritual
concreto para los cristianos de Tierra Santa. El secretario de estado vaticano fue
condecorado por la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro con su máximo galardón y en su
agradecimiento por esta distinción el purpurado subrayó la necesidad de "sostener
a cuantos todavía permanecen testimoniando las gloriosas raíces de la vida cristiana
en Tierra Santa".
En referencia directa al trabajo de la Orden Ecuestre
del Santo Sepulcro, que actualmente cuenta con 24 mil miembros en todo el mundo y
cuyo Gran Maestre es el cardenal John Patrick Foley, el Secretario de Estado resaltó
la labor de esta orden siguiendo de cerca las necesidades de nuestros hermanos en
Tierra Santa mediante la colaboración activa con el Patriarcado Latino de Jerusalén.
Tras recordar que los pontífices y el actual Papa Benedicto XVI siempre
han visto con agrado la labor de esta Orden, el cardenal Bertone destacó que precisamente
porque se trata de lugares cargados de una memoria santísima para nuestra fe, hoy
más que nunca son urgentes y necesarias las intervenciones para sostener Tierra Santa
y a cuantos todavía permanecen ahí rindiendo testimonio de las gloriosas raíces de
la vida cristiana.
“Es imposible no dejarse conmover por el pensamiento
de que en aquellos lugares santos el Maestro divino vivió, predicó el Evangelio, realizó
signos y prodigios; murió crucificado y finalmente resucitó”, dijo el cardenal secretario
de estado, para concluir que precisamente en aquellos lugares ha sido proclamado el
feliz anuncio del Evangelio para propagarlo por todo el mundo, para llegar a nosotros
y a nuestra época… y proseguirá en el futuro –añadió, hasta el final de los siglos.
Después de transmitir a los presentes el saludo y la bendición del
Papa, el Secretario de Estado pidió acompañar al Santo Padre con oraciones en su próximo
viaje a Tierra Santa del 8 al 15 de mayo próximo. Por su parte el cardenal John P.
Foley Gran Maestre de la Orden del Santo Sepulcro, detalló en su discurso la labor
que realizan en la ayuda al sostenimiento de los sacerdotes, religiosos y religiosas
de 68 parroquias; la cobertura del déficit del Seminario de Beit Jala y de 40 escuelas
que dependen directamente del Patriarcado Latino de Jerusalén: concretamente 23 en
Jordania, 12 en territorios palestinos y 3 en Israel.
Entre el inmenso
y variado trabajo que realiza el Patriarcado Latino de Jerusalén en Tierra Santa destaca
la promoción de desarrollo humano y espiritual de sus feligreses, dirigido a paliar
-en lo posible- la dura situación laboral y económica, en la que se encuentran los
fieles debido a su condición de minoría oprimida en un entorno bélico que no han buscado.
Los colegios del Patriarcado Latino de Jerusalén, todos ellos bajo
la protección de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, suman un total
de cuarenta, con más de dieciocho mil alumnos, que reciben la instrucción religiosa
pertinente a su propia fe, es decir en el respeto y en la formación de personas que
sepan respetar y amar al hermano, independientemente de su credo, recibiendo con él
el caudal de una enseñanza técnica, científica y humana.
Aparte de
las aportaciones de la Orden del Santo Sepulcro para la adquisición del material necesario
para el mantenimiento y mejora de los edificios y para el pago del profesorado y demás
personal destinado a la buena marcha de la escuela, son de vital importancia las becas,
las cuales son distribuidas siguiendo las necesidades mas apremiantes.
La
Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, presente en gran parte del mundo,
está dividida, para el desarrollo de un trabajo eficaz y organizado, en Lugartenencias,
que dependen y responden al Gran Magisterio de la Orden en Roma. Entre sus responsabilidades
se encuentran desde el sustento de un determinado colegio ayudando a su buen funcionamiento,
a la aportación de becas, porque la escolarización de los alumnos no depende de su
poder adquisitivo, que en la mayoría de los casos es muy deficiente. Lo que realmente
importa es impartir unos conocimientos y formación, que difícilmente podrían recibir
sin esta aportación solidaria de las becas.
Por esta razón las becas
que se envían a Tierra Santa tienen dos destinos: el colegio que depende de la Lugartenencia,
y el de los otros colegios con menores posibilidades de recibir ayuda. De esta manera
se busca el equilibrio en las aportaciones que reciben las diferentes escuelas del
Patriarcado, evitando con ello, todo tipo de agravio, tanto comparativo como competitivo,
a causa de situaciones que podrían considerarse de privilegio y que, de producirse,
serían muy perjudiciales. También la paz, ausente de la Tierra del Señor, se trabaja
desde la más tierna infancia, enseñando a compartir, a amar y a perdonar.