Martes, 14 abr (RV).- Hombres y Dios se titula el editorial Octava Dies del Padre
Federico Lombardi, director de nuestra emisora y portavoz de la Santa Sede quien reflexiona
sobre el recorrido que Benedicto XVI nos ha presentado en sus homilías en esta Semana
Santa en las que predomina la necesidad de hacer presente y dejar que los hombres
puedan alcanzar a Dios.
“La prioridad que está por encima de todas
es la de hacer presente a Dios en este mundo y abrir a los hombres el acceso a Dios.
Pero no a un Dios cualquiera, sino a aquel Dios cuyo rostro reconocemos en el amor
llevado hasta el final en Jesucristo crucificado y resucitado. Esto es para el Papa
el punto central de su pontificado como lo ha recordado en su reciente y apasionada
carta a los obispos del mundo. Naturalmente, porque es ésta la razón de ser de la
Iglesia”.
El director de la oficina de prensa de la Santa Sede señala
que en estos días centrales del año litúrgico esto se hace aún más evidente, justamente
porque gracias a la oración de la Iglesia somos ayudados en la búsqueda de un encuentro
con Dios a través de Jesucristo que muere y resucita. En este sentido -agrega el padre
Lombardi-, Benedicto XVI en sus homilías de los días de la Semana Santa se compromete
a fondo para hacernos participar de la manera más intensa en las celebraciones, revelándonos
el sentido profundo.
“Teología, espiritualidad, exhortación al testimonio
en la vida cristiana, todo esto está presente en sus palabras en una síntesis muy
densa, limpia y convincente. Es su carisma particular, que merece nuestra admiración
y la atención no sólo de los fieles, sino de todas las personas que sinceramente buscan
la verdad, buscan a Dios. Desde sus palabras dirigidas a los jóvenes en el Domingo
de Ramos, hasta las dirigidas a los sacerdotes en la Misa del Crisma, de aquellas
dirigidas a todos los fieles en la Cena y en la Vigilia pascual a las que dirige a
todos los hombres en el Mensaje pascual”.
El padre Lombardi concluye
su editorial asegurando que “no hay condiciones de vida, ni circunstancias- incluso
las más trágicas, como el terremoto- que no sea llevada a encontrar su sentido y su
salida de esperanza a través del amor de Dios que se manifiesta en Cristo. Escuchemos
de verdad la palabra del Papa. ¡Vale la pena!