Regina Coeli: el Papa exhorta a los bautizados a seguir a Cristo hacia la Pascua eterna,
sostenidos por el convencimiento de que las dificultades y sufrimientos de la existencia
humana, incluida la muerte, jamás podrán separarnos de Él y su amor
Lunes, 13 abr (RV).- En estos días pascuales escucharemos muchas veces las palabras
de Jesús: “He resucitado y estoy siempre contigo”. Haciéndose eco de este anuncio,
la Iglesia proclama contenta: ¡”Sí, estamos seguros! Él verdaderamente ha resucitado,
¡Aleluya! A Él la gloria y la potencia por los siglos”. Es toda la Iglesia en fiesta
la que manifiesta sus sentimientos cantando: “Este es el día de Cristo Señor”.
Con
estas palabras Benedicto XVI ha comenzado su reflexión previa a la oración del Regina
Coeli desde el patio del palacio Apostólico de Castel Gandolfo, donde se encuentra
desde ayer por la tarde, señalando que en efecto Jesús, resucitando de la muerte,
ha inaugurado su día eterno. “No moriré, Él dice – permaneceré en vida”.
“El
Hijo del hombre crucificado, piedra desechada por los constructores, se ha convertido
en sólido fundamento del nuevo edificio espiritual, que es la Iglesia, su Cuerpo místico.
El pueblo de Dios, que tiene a Cristo como cabeza invisible, y está destinado a crecer
en el cuerpo por los siglos, hasta el cumplimiento del plan de la salvación. Entonces,
toda la humanidad será incorporada a Él, y toda realidad existente se compenetrará
con su victoria total. Entonces, como escribe san Pablo, Él será “el perfecto cumplimiento
de todas las cosas”, y “Dios será todo en todos”.
Benedicto XVI ha manifestado
seguidamente que la comunidad cristiana está gozosa por la resurrección del Señor,
asegurando de esta manera que se cumplirá ciertamente el plan divino de la salvación.
Por esto su Pascua es verdaderamente nuestra esperanza. “Y nosotros, resucitados con
Cristo mediante el Bautismo, debemos ahora seguirle fielmente en santidad de vida,
caminando sin descanso hacia la Pascua eterna, sostenidos por el convencimiento de
que las dificultades, las luchas, las pruebas, los sufrimientos de la existencia humana,
incluida la muerte, jamás podrán separarnos de Él y de su amor”.
“Su resurrección
ha construido un puente entre el mundo y la vida eterna, sobre el cual cada hombre
y cada mujer puede pasar para alcanzar la verdadera meta de nuestra peregrinación
terrenal”.
El Santo Padre ha aludido seguidamente a la frase: “He resucitado
y estoy siempre contigo”. Esta afirmación de Jesús se realiza sobre todo en la Eucaristía;
es en cada celebración eucarística donde la Iglesia, y cada uno de sus miembros, experimentan
su presencia viva y se benefician de toda su riqueza de su amor.
“En el Sacramento
de la Eucaristía, el Señor resucitado y presente lleno de misericordia nos purifica
de nuestras culpas; nos alimenta espiritualmente y nos infunde vigor para soportar
las duras pruebas de la existencia y para luchar contra el pecado y el mal. Él es
la roca segura de nuestro peregrinar hacia la demora eterna del Cielo. Que la Virgen
María, que ha vivido junto a su divino Hijo cada fase de su misión en la tierra, nos
ayude a acoger con fe el don de la Pascua y nos haga fieles y alegres testigos del
Señor resucitado”.
Tras el rezo del Regina Coeli y del responso por los fieles
difuntos Benedicto XVI ha saludado en varias lenguas a los peregrinos congregados
en el patio del palacio Apostólico de Castel Gandolfo. Estas han sido sus palabras
en español:
Saludo cordialmente
a los peregrinos de lengua española. En este particular tiempo de Pascua, invito a
todos a imitar a los discípulos y discípulas que, yendo de sorpresa en sorpresa, tuvieron
el gozo de encontrar a Cristo resucitado, vivo para siempre entre nosotros. Muchas
gracias.