“Os animo a descubrir en la Cruz la medida infinita del amor de Cristo”, palabras
del Papa a los jóvenes españoles presentes en Roma para recibir la cruz de la JMJ
Lunes, 6 Abr (RV).- Esta mañana a las 11 Benedicto XVI ingresó en el aula Pablo VI
del Vaticano, donde lo esperaban unos siete mil jóvenes de la arquidiócesis española
de Madrid y del resto de España, que viajaron a Roma para recibir la cruz de la Jornada
mundial de la juventud que se celebrará en la capital española en el año 2011.
El
Santo Padre saludó de modo especial a los jóvenes, que, al tomar la cruz, confiesan
su fe en Aquel que los ama sin medida, el Señor Jesús, cuyo misterio pascual celebraremos
en estos días santos. Porque como les recordó, en otra ocasión él mismo dijo que “la
fe, a su modo, necesita ver y tocar. El encuentro con la cruz, que se toca y se lleva,
se transforma en un encuentro interior con Aquel que en la cruz murió por nosotros.
El encuentro con la cruz suscita en lo más íntimo de los jóvenes el recuerdo del Dios
que quiso hacerse hombre y sufrir con nosotros”. Y añadió textualmente: “Os animo,
por tanto, a descubrir en la Cruz la medida infinita del amor de Cristo, y poder decir
así, como san Pablo: «vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse
por mí» (Ga 2,20):
El Papa les
pidió que vayan tras las huellas de Cristo. Porque Él es su meta, su camino y también
su premio. De ahí que el Papa destacara que en el lema que ha escogido para la Jornada
de Madrid, el apóstol Pablo invita a caminar, «arraigados y edificados en Cristo,
firmes en la fe» (Col 2,7). Porque “la vida es un camino, ciertamente. Pero no es
un camino incierto y sin destino fijo, sino que conduce a Cristo, meta de la vida
humana y de la historia”.
Después de recordar a los jóvenes españoles que
por este camino llegarán a encontrarse con Aquel que, entregando su vida por amor,
les abre las puertas de la vida eterna, Benedicto XVI los invitó a formarse en la
fe que da sentido a su vida y a fortalecer sus convicciones, para poder permanecer
firmes en las dificultades de cada día. Mientras los exhortó, además, a que, en el
camino hacia Cristo, sepan atraer a sus jóvenes amigos, compañeros de estudio y de
trabajo, para que también ellos lo conozcan y lo confiesen como Señor de sus vidas.
Para lo cual les pidió que dejen “que la fuerza de lo Alto” que está dentro de ellos,
el Espíritu Santo, se manifieste con su inmenso atractivo.
Por otra parte,
el Obispo de Roma no dejó de recordar a estos queridos jóvenes procedentes de España
que este tiempo de preparación a la Jornada de Madrid es una “ocasión extraordinaria
para experimentar además la gracia de pertenecer a la Iglesia, Cuerpo de Cristo”.
Y explicó la importancia y el dinamismo de las Jornadas de la Juventud:
Por último,
el Santo Padre los alentó a que en estos días tan hermosos de la Semana Santa, que
ayer iniciamos contemplen contemplar a Cristo en los misterios de su pasión, muerte
y resurrección. Y les pidió que se dejen “invadir” por su fuerza y sabiduría, comunicándola
a los demás mientras, bajo la protección de la Santísima Virgen María, preparan con
dedicación y gozo la Jornada de la Juventud que hará de Madrid “un lugar radiante
de fe y vida, donde jóvenes de todo el mundo festejen con entusiasmo a Cristo”. Y
se despidió de los jóvenes españoles pidiéndoles que lleven el saludo del Papa a sus
familias, amigos y compañeros que no han podido venir hoy, y a los que también bendijo
de corazón, antes de desearles felices fiestas de Pascua.