Ángelus: Antes de la entrega de la Cruz de la JMJ de Sydney a Madrid, llamamientos
del Papa para firmar la convención contra las minas antipersona y para que termine
la muerte de inmigrantes en el Mediterráneo
Domingo, 5 abr (RV).- Poner fin a la utilización de las minas antipersona, encontrar
una solución para la situación desesperada que vive el pueblo africano, y la Jornada
Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid 2011, han sido los temas que el
Santo Padre Benedicto XVI ha tocado durante su alocución previa al rezo mariano del
Ángelus.
Recordando que ayer 4 de abril, Naciones Unidas celebró la cuarta
jornada de sensibilización sobre el problema de las minas antipersona, el Pontífice
evocó la necesidad de establecer medidas para poner fin a estas bombas, sobre todo
tras los diez años pasado desde que se firmara la Convención para suprimir estas municiones:
“Deseo animara a los países que todavía no lo han hecho, a que firmen sin demora este
importante instrumento del derecho internacional humanitario, al cual la Santa Sede
ha dado siempre su apoyo. Del mismo modo, expreso mi apoyo a cualquier medida que
se realice para garantizar la asistencia necesaria a las víctimas de estas armas devastadoras”.
Seguidamente
el Santo Padre ha querido recordar a otras víctimas: los hermanos y hermanas africanos
que recientemente fallecieron en el Mediterráneo mientras intentaban alcanzar las
costas europeas. Exhortando a no resignarnos ante estas tragedias que por desgracia
se repiten en el tiempo, Benedicto XVI ha recordado que las dimensiones de este fenómeno
hacen que “cada vez sea más urgente la elaboración de una estrategia coordinada entre
la Unión Europea y los estados africanos”, al mismo tiempo que ha solicitado “la adopción
de medidas adecuadas de carácter humanitario, para impedir que estos inmigrantes recurran
a traficantes sin escrúpulos”.
“Mientras rezo por las víctimas, para que el
Señor las acoja en su paz –ha exhortado el Papa- quiero poner de relieve que este
problema, ulteriormente agravado por la crisis global, encontrará solución sólo cuando
el pueblo africano, con la ayuda de la comunidad internacional, podrá librarse de
la miseria y de las guerras”.
Tras estos dos llamamientos, Benedicto XVI se
ha dirigido a los jóvenes presentes en la plaza de San Pedro del Vaticano, y en particular,
ha saludado a los 150 delegados que en días pasados han participado en el encuentro
internacional dedicado a la Jornada Mundial de la Juventud organizado por el Pontificio
Consejo para los Laicos. “De este modo –ha dicho el Papa- comienza el camino de preparación
hacia el próximo encuentro mundial de los jóvenes que se celebrará en agosto de 2011
en Madrid”, bajo el lema: “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la Fe”.
Precisamente
tras la alocución del Pontífice, los jóvenes australianos -como sede de la última
Jornada Mundial de la Juventud-, han hecho entrega a sus coetáneos españoles de la
Cruz y del Icono de la Virgen, símbolos de estos encuentros entre los jóvenes y el
Papa: “Esta ‘entrega de testigo’, adopta un valor altamente simbólico, con el que
expresamos la inmensa gratitud a Dios por los dones recibidos en el gran encuentro
de Sydney, y por los que nos querrá conceder en Madrid”
Benedicto XVI ha recordado
después que la Cruz “peregrina”, acompañada por el Icono de la Virgen María, viajará
mañana a la capital española donde participará en la procesión del Viernes Santo,
iniciando después un largo peregrinaje que, a través de las diócesis españolas, finalizará
en el verano de 2011 en Madrid: “¡Qué la Cruz y el Icono de María sean para todos
signo del amor invencible de Cristo y de su Madre que es también la nuestra”.
Antes
del rezo mariano del Ángelus, un grupo de jóvenes australianos han acompañado la Cruz
y el Icono de la Virgen hasta el palco donde les esperaban un nutrido grupo de jóvenes
españoles vestidos con una camiseta roja en la que aparecía impreso el emblema de
la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011. Los jóvenes australianos han elevado
la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud, momento en el que desde la plaza de
San Pedro ha llegado un aplauso general. Con un “Viva el Papa”, los jóvenes españoles
han recibido la Cruz “peregrina” símbolo del encuentro de los jóvenes con el Santo
Padre.
Y como es tradicional el Papa ha saludado en diferentes idiomas a todos
los peregrinos. En inglés se ha dirigido en particular al arzobispo de Sydney, el
cardenal Georg Pell, y a los obispos Anthony Fisher y Julian Porteous, para después
en español saludar con estas palabras: Saludo a los peregrinos
de lengua española, en particular al Cardenal Antonio María Rouco Varela, Arzobispo
de Madrid, y a los numerosos jóvenes venidos a recoger la Cruz para la Jornada Mundial
de la Juventud del año dos mil once, en Madrid. Hoy, que hemos acompañado con el júbilo
de los ramos a Jesús en su entrada en Jerusalén, invito a todos a llevarlo muy dentro
del corazón, para reconocerlo también en el árbol salvador de la cruz y celebrar así
con inmenso gozo la gloria de su resurrección. Feliz Domingo. Feliz Semana Santa.