El observador permanente de la Santa Sede ante la ONU pide privilegiar los programas
de desarrollo social
Viernes, 3 abr (RV).- Para alcanzar el progreso global se debe privilegiar “los programas
y valores que sostienen el desarrollo personal y social”. Así lo manifestó el observador
permanente de la Santa Sede ante la ONU, el arzobispo Celestino Migliore ante la comisión
sobre Población y Desarrollo, reunida en Nueva York. En su intervención el arzobispo
mencionó el “acceso a la educación, las oportunidades económicas, la estabilidad política,
la sanidad de base y el soporte para las familias”; todos ellos, elementos que deben
permanecer como fundamentos para alcanzar los objetivos del desarrollo fijados en
el año 2.000 por Naciones Unidas en la Cumbre del Milenio. Por el contrario, como
subrayó el observador permanente, de la lectura de los documentos preparatorios de
la comisión se deduce que las poblaciones son consideradas como un obstáculo, en vez
de las protagonistas esenciales para el éxito de esos objetivos y del desarrollo sostenible.
“Y
si antes de la Conferencia sobre la Población y el desarrollo del Cairo del 94 –ha
recordado el prelado- muchos demógrafos y políticos preveían un incremento de la población
mundial que habría provocado consecuencias terribles como penurias alimentarias, hambre
generalizada, destrucción ambiental y conflictos, ahora después de 15 años, el crecimiento
demográfico se ha ralentizado y la producción de alimentos continúa creciendo hasta
el punto de que está en grado de sostener a una población más numerosa”. “Es irónico
–ha subrayado Mons, Migliore- que la mayor destrucción ambiental es la perpetrada
por los Estados con crecimiento demográfico más bajo, que en la patria sostienen el
crecimiento y contemporáneamente trabajan para reducirla en los países en vías de
desarrollo”.