En el IV aniversario de la muerte de Juan Pablo II, Benedicto XVI se dirige a los
jóvenes y les exhorta a no reducir la esperanza cristiana a simple ideología
Jueves, 2 abr (RV).- En el cuarto aniversario de la muerte de Juan Pablo II, el Pontífice
se ha dirigido esta tarde especialmente a los jóvenes para advertirles y exhortarles,
en el actual contexto cultural y social, a no reducir la esperanza cristiana a simple
ideología, a eslogan de grupo, a revestimiento exterior, porque Jesús “quiere que
sus discípulos sean esperanza... quiere que cada uno de vosotros sea una pequeña fuente
de esperanza para su prójimo, y que todos juntos se transformen en un oasis de esperanza
para la sociedad a la que pertenecéis”.
Benedicto XVI ha presidido a las seis
de la tarde la Capilla Papal por el difunto Sumo Pontífice el Siervo de Dios Juan
Pablo II en la Basílica de San Pedro, en el cuarto aniversario de la muerte de su
amado predecesor. Conmemoración que ha contado con la participación de los jóvenes
de la diócesis de Roma.
El Santo Padre ha recordado la importancia primordial
que para Juan Pablo II tenía la responsabilidad educativa. También Benedicto XVI ha
asumido esta inquietud de su predecesor y en distintas ocasiones se ha detenido a
tratar el tema de la urgencia educativa que hoy en día concierne a las familias, la
iglesia, la sociedad y especialmente a las nuevas generaciones. “Durante su crecimiento
–ha manifestado el Pontífice- los jóvenes necesitan a adultos capaces de proponer
sus principios y valores; sienten la necesidad de personas que sepan enseñar con la
vida, antes que con las palabras, a consumirse por ideales elevados”.
En su
homilía el Papa ha recordado que precisamente en este día, hace cuatro años, el Siervo
de Dios Juan Pablo II, concluía su peregrinación terrenal, tras un largo periodo de
gran sufrimiento. “Celebramos la Santa Eucaristía en sufragio de su alma, mientras
damos gracias al Señor por haberlo dado a la Iglesia, por tantos años, como celante
y generoso Pastor”.
Tras saludar a los fieles presentes Benedicto XVI ha reflexionado
sobre el Evangelio de San Juan que hoy la liturgia nos propone manifestando cuán difícil
es, meditando esta página del Evangelio, dar testimonio de Cristo. Y a este punto
ha recordado al Siervo de Dios Karol Wojtyla – Juan Pablo II, que desde joven se mostró
intrépido y ardoroso defensor de Cristo. Juan Pablo II conseguía comunicar una fuerte
carga de esperanza, fundada en la fe en Jesucristo, el cual “es el mismo ayer, hoy
y siempre”. Queridos jóvenes, les ha asegurado el Papa, no se puede vivir sin esperar.
La esperanza no se fundamenta en uno mismo, necesita de una “roca” en la que apoyarse.