El comunicado del encuentro del Papa y la comisión sobre la Iglesia en China subraya
la compleja situación eclesial en el país y el profundo dolor por el nuevo arresto
de Mons. Jia Ziguo
Jueves, 2 abr (RV).- La reunión de la comisión, que Benedicto XVI instituyó en 2007
para estudiar las cuestiones de mayor importancia, relativas a la vida de la Iglesia
en China, «concluyó ayer por la tarde con un encuentro con el Santo Padre, el cual
– como sucesor de Pedro, perpetuo y visible y fundamento de la unidad del episcopado,
ha subrayado la importancia de ayudar a los católicos en China a hacer conocer a los
demás la belleza y lo razonable de la fe cristiana y a presentarla como la propuesta
que ofrece las mejores respuestas, desde el punto de vista intelectual y existencial».
Lo
anuncia hoy un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, añadiendo que
Benedicto XVI ha expresado su profunda gratitud a los participantes en esta reunión
por su «empeño en el campo de la formación y los ha alentado a perseverar en su servicio
por el bien de la Iglesia en China».
Tras recordar que la reunión había empezado
el pasado lunes, 30 de marzo, el comunicado señala que «en un contexto de intensa
participación y de un vivo deseo de ofrecer un servicio a la Iglesia en China, la
comisión ha profundizado en el tema fundamental del encuentro». Es decir, «la formación
de los seminaristas y de las personas consagradas y la formación permanente de los
sacerdotes.
«En unión con los obispos de la Iglesia en China, principales responsables
de las comunidades eclesiales, se intentará promover una más adecuada formación humana,
intelectual, espiritual y pastoral del clero y de las personas consagradas, que tienen
la importante tarea de actuar como fieles discípulos de Cristo y como miembros de
la Iglesia y de contribuir al bien de su país, como ciudadanos ejemplares».
En
este contexto, recuerda el mismo comunicado, «han resonado iluminadoras las palabras
de la carta que el Santo Padre Benedicto XVI dirigió en 2007 a los católicos en China:
«La Iglesia, misionera siempre y en todas partes, está llamada a proclamar y dar testimonio
del Evangelio. También la Iglesia en China debe sentir en su corazón el ardor misionero
de su Fundador y Maestro. (...)Ahora os corresponde a vosotros, discípulos chinos
del Señor, ser apóstoles valientes de ese Reino. Estoy seguro de que vuestra respuesta
será grande y generosa. (n.17)».
Los participantes en este encuentro en el
Vaticano, «haciendo referencia a su propia experiencia, a veces sufrida, han destacado
problemáticas complejas en la actual situación eclesial en China, que se derivan no
sólo de las dificultades en el interior de la Iglesia, sino también de las relaciones
no fáciles con las autoridades civiles», añade el comunicado, señalando luego que
«en este contexto, se conoció con profundo dolor la noticia del nuevo arresto de Mons.
Jia Zhiguo, obispo de la diócesis de Zhengding».
«Situaciones como ésta crean
obstáculos para aquel clima de diálogo con las autoridades competentes que, como se
sabe, el Santo Padre ha auspiciado vivamente en la mencionada carta», recuerda la
Oficina de Prensa de la Santa Sede, reiterando que «lamentablemente no se trata de
un caso aislado. También otros eclesiásticos han sido privados de la libertad o son
sometidos a indebidas presiones y limitaciones en sus actividades pastorales. A todos
ellos, los participantes en esta reunión desean hacerles llegar la seguridad de su
cercanía fraterna y de su constante oración, en este tiempo cuaresmal, iluminado por
el Misterio Pascual».