Miércoles, 18 mar (RV).- En el sugestivo título del capítulo 14 de su obra, nuestra
autora* alude a la frase que ya pocas veces se suele escuchar, pero que estuvo el
los labios de muchos que nos precedieron: “¡Padre, déme una palabra!”, petición referida
a las usanzas de los inicios del cristianismo, cuando estaba a punto de convertirse
en religión oficial del Imperio, pero también alusiva al momento aquel en el que,
visitantes ocasionales o hermanos inexpertos, acostumbraban dirigirse con veneración
a un “anciano” para pedirle una enseñanza nacida de su experiencia de vida en el Espíritu.
Pues bien, desde esta perspectiva se nos comparte un ejercicio, en el que se imagina
que todas las palabras desaparecerán, excepto tres que nosotros escogeremos y que
serán aquellas que nos sentimos llamados a comunicar.
Escuchar el programa
*
Dolores Aleixandre, teóloga y religiosa del Sagrado Corazón, licenciada en Filología
Bíblica Trilingüe. Profesora Emérita de Sagrada Escritura en Comillas, España… Autora
de: “Las puertas de la tarde. Envejecer con esplendor” Ed. Sal Terrae, España 2007