Benedicto XVI expresa su deseo de que su próximo viaje a Tierra Santa en mayo se convierta
en una ocasión para reforzar la paz y el diálogo interreligioso
Jueves, 12 mar (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana en audiencia a las delegaciones
del Gran Rabinato de Israel y de la Comisión para las Relaciones religiosas con el
judaísmo, y ha aprovechado esta ocasión para expresar su deseo de que su próximo viaje
a Tierra Santa en mayo se convierta en una ocasión para reforzar la paz y el diálogo
interreligioso. El Papa ha querido recordar que las reuniones periódicas de estas
delegaciones son el fruto de la histórica visita de Juan Pablo II a Tierra Santa en
marzo de 2000.
“Visitaré Tierra Santa como peregrino, ha subrayado el Pontífice,
para rezar especialmente por el precioso don de la paz y de la unidad en la región,
y también por la familia humana en todo el mundo”. “Espero que mi visita contribuya
a profundizar en el diálogo de la Iglesia con el pueblo judío, para que judíos, cristianos
y musulmanes puedan vivir en armonía en esta Tierra Santa”.
Benedicto XVI ha
resaltado, de forma especial, los frutos producidos en el diálogo judeocristiano.
Un diálogo que, como nos enseña la Declaración conciliar Nostra Aetate, es necesario
y posible, ya que poseemos un rico patrimonio espiritual común. En este sentido el
Papa ha asegurado su compromiso particular para hacer avanzar la visión delineada
por este documento del Concilio Vaticano II.
“Trabajando juntos os habéis dado
cuenta cada vez más de los valores comunes que constituyen la base de nuestras respectivas
tradiciones religiosas, estudiándolas a lo largo de los siete encuentros celebrados
en Roma o en Jerusalén. Habéis reflexionado sobre la santidad de la vida, los valores
familiares, la justicia social y el comportamiento ético, sobre la importancia de
la palabra de Dios en las Sagradas Escrituras para la sociedad y la educación, las
relaciones entre las autoridades civiles y las religiosas y la libertad de religión
y de conciencia”.
En las declaraciones comunes al final de estas reuniones,
como ha recordado el Santo Padre, se han evidenciado las ideas radicadas en ambas
convicciones religiosas y al mismo tiempo las diferencias que todavía se tienen que
afrontar.