Escuchar el programa Jueves, 5 mar
(RV).- Se inicio el período de cuaresma y por supuesto nuestra preparación para la
Semana Mayor. Y como un tema fundamental en este camino de preparación presentamos
algunas reflexiones sobre el perdón. El perdón sincero que nace del amor, del arrepentimiento
real y, por supuesto, del respeto.
En muchas ocasiones, las personas huimos
de las responsabilidades de asumir las consecuencias de nuestros errores, buscando
siempre un culpable que nos permita salvar nuestra conciencia. Pero frente a esta
actitud, tarde o temprano la vida se encargará de colocarnos en una situación de la
que precisemos aprender aquello que buscamos evadir en otras ocasiones.
Sin
duda una de las cosas más difícil de manejar frente a una equivocación o un error
es la culpa que puede generarnos ese hecho. “Ese sentimiento espeso que, como una
nube gris anda sólo encima de nosotros -como dice Maytte Sepúlveda asesora en mejoramiento
humano-, marchita nuestras alegrías, impidiéndonos disfrutar de lo bueno que también
ocurre en nuestra vida, porque no podemos deshacer lo que hicimos y tampoco borrar
o hacer desaparecer sus consecuencias sobre otras personas o sobre nosotros mismos”.
Entonces para enfrentar nuestras culpas y errores, lo primero que tenemos
que hacer es aceptar humildemente lo que hicimos para empezar a cambiar. Asumir nuestras
responsabilidades, buscando la forma de resarcir a las personas que afectamos, incluso
nosotros mismos, sintiéndonos dispuestos a aprender de nuestra equivocación para
perdonarnos y darnos otra oportunidad.
Cuantas veces nos vemos frente a los
mismos errores, cometidos una y otra vez, como un círculo vicioso sin que podamos
salir de allí. Por ello, lo importante es tomar conciencia y hacer todo lo necesario
para disculparnos y actuar de manera que se pueda generar la diferencia.
Equivocarse
es de humanos, y mientras aprendemos de nuestras equivocaciones al hacernos conscientes
del efecto negativo que causan en nosotros y en los demás ciertos hábitos, actitudes
y comportamientos, aprendemos, nos transformamos y alcanzamos una maravillosa sensación
de libertad y plenitud que sólo da la experiencia, el aprendizaje y la madurez, lo
señala en un artículo reciente Maytte Sepúlveda.
Sin embargo, no es suficiente
con pedir disculpas si no estamos verdaderamente arrepentidos de lo que hicimos, sólo
el arrepentimiento sincero y verdadero podrá llevarnos a nuevos comportamientos, a
cambios verdaderos.
Entonces asumir las responsabilidades, dar la cara y enfrentar
las consecuencias de nuestros actos es el primer paso para corregir y superar las
equivocaciones y errores. Mostrar real arrepentimiento real y sincero, es el camino
hacia el perdón, que debe ser asumido con humildad y con la firme proposición de cambiar,
de corregir los errores.