2009-02-14 19:42:32

Editorial ‘Octava dies’: “Hacia Jerusalén”


Sábado, 14 feb (RV).- Benedicto XVI anunció el pasado jueves que está preparando un viaje a Tierra Santa. El Pontífice lo manifestó en el curso de una audiencia a una delegación judía. El Papa contó que "prepara una visita a Israel, tierra sagrada para judíos y cristianos, ya que nuestras raíces están allí". Durante el encuentro con la delegación judía, el Papa volvió a condenar el Holocausto, al que consideró "un crimen contra Dios y la humanidad" y afirmó que "la minimización de este terrible crimen es intolerable y totalmente inaceptable". Sobre el tema de este viaje a Tierra Santa del Papa, este ha sido el editorial semanal 'Octava dies',del director de nuestra emisora, p. Federico Lombardi.

“El Papa ha anunciado personalmente que se está preparando para ir a Tierra Santa. Es una buena noticia. Viajar a Jerusalén es el deseo de todos los israelíes y de todos los cristianos. Los antiguos israelitas caminaban hacia esta ciudad cantando, Jesús se dirige decididamente para cumplir hasta el final la voluntad del Padre. Es ir como peregrinos a los lugares santos, lugares de los encuentros entre Dios y los hombres que han marcado la historia de nuestra salvación. También el Papa lleva en su interior este deseo. Aunque precedentemente ya haya estado, siente la importancia de ir de nuevo ahora como jefe de una comunidad de creyentes, que puedan peregrinar en unión espiritual con él y por medio de él a los lugares donde están arraigadas las raíces de su fe. Pablo VI quiso iniciar precisamente en Tierra Santa la serie de viajes internacionales de los Papas y Juan Pablo II, siguiendo sus pasos, plantó signos inolvidables de reconciliación y de esperanza de paz”.

 
“Ahora es el turno de Benedicto XVI. La suya es una decisión valiente. Existe incertidumbre en la situación política, hay una numerosa división de opiniones internas en los distintos campos. Hay continuas tensiones en una región inflamada de conflictos y recientemente marcada por una guerra que ha devastado la franja de Gaza y herido profundamente a su pueblo. Al proceso de paz le cuesta dar pasos resolutivos. Sombras o desconfianzas vuelven a menudo a oscurecer el diálogo, bien encaminado, entre el mundo hebreo y la Iglesia católica. Pero de todos modos, es necesario ir. Es más, quizá sea por todos estos motivos que es urgente viajar. Para rezar en los puntos más cruciales del enfrentamiento entre odio y amor: allí donde la reconciliación parece humanamente imposible. Para recordar que el nombre y la vocación de Jerusalén es el de ser “ciudad de la paz”, de encuentro entre los pueblos en el nombre de un Dios de salvación, de paz y de amor para todos”.







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