Sábado, 14 feb (RV).- Benedicto XVI anunció el pasado jueves que está preparando un
viaje a Tierra Santa. El Pontífice lo manifestó en el curso de una audiencia a una
delegación judía. El Papa contó que "prepara una visita a Israel, tierra sagrada para
judíos y cristianos, ya que nuestras raíces están allí". Durante el encuentro con
la delegación judía, el Papa volvió a condenar el Holocausto, al que consideró "un
crimen contra Dios y la humanidad" y afirmó que "la minimización de este terrible
crimen es intolerable y totalmente inaceptable". Sobre el tema de este viaje a Tierra
Santa del Papa, este ha sido el editorial semanal 'Octava dies',del director de nuestra
emisora, p. Federico Lombardi.
“El Papa ha anunciado personalmente que se
está preparando para ir a Tierra Santa. Es una buena noticia. Viajar a Jerusalén es
el deseo de todos los israelíes y de todos los cristianos. Los antiguos israelitas
caminaban hacia esta ciudad cantando, Jesús se dirige decididamente para cumplir hasta
el final la voluntad del Padre. Es ir como peregrinos a los lugares santos, lugares
de los encuentros entre Dios y los hombres que han marcado la historia de nuestra
salvación. También el Papa lleva en su interior este deseo. Aunque precedentemente
ya haya estado, siente la importancia de ir de nuevo ahora como jefe de una comunidad
de creyentes, que puedan peregrinar en unión espiritual con él y por medio de él a
los lugares donde están arraigadas las raíces de su fe. Pablo VI quiso iniciar precisamente
en Tierra Santa la serie de viajes internacionales de los Papas y Juan Pablo II, siguiendo
sus pasos, plantó signos inolvidables de reconciliación y de esperanza de paz”.
“Ahora
es el turno de Benedicto XVI. La suya es una decisión valiente. Existe incertidumbre
en la situación política, hay una numerosa división de opiniones internas en los distintos
campos. Hay continuas tensiones en una región inflamada de conflictos y recientemente
marcada por una guerra que ha devastado la franja de Gaza y herido profundamente a
su pueblo. Al proceso de paz le cuesta dar pasos resolutivos. Sombras o desconfianzas
vuelven a menudo a oscurecer el diálogo, bien encaminado, entre el mundo hebreo y
la Iglesia católica. Pero de todos modos, es necesario ir. Es más, quizá sea por todos
estos motivos que es urgente viajar. Para rezar en los puntos más cruciales del enfrentamiento
entre odio y amor: allí donde la reconciliación parece humanamente imposible. Para
recordar que el nombre y la vocación de Jerusalén es el de ser “ciudad de la paz”,
de encuentro entre los pueblos en el nombre de un Dios de salvación, de paz y de amor
para todos”.