2009-02-12 16:07:12

Reflexiones en familia


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Jueves, 12 feb (RV).- Iniciamos estas reflexiones señalando una vez más la importancia de la familia en todos nuestros órdenes de la vida, en la educación, en la convivencia, en la responsabilidad de nuestros actos, en la manera como enfrentamos la vida, en fin, en casi todos los escenarios donde nos movemos y por tanto lo financiero también está allí.

Durante mucho tiempo el significado verdadero de "dar" ha sido usado y tergiversado por aquellos que esperan recibir de otros la solución a sus necesidades afectivas o materiales, sin hacer ningún esfuerzo para merecerlo, usando la manipulación y apelando a los buenos sentimientos de los que generalmente cargan con las obligaciones. Y particularmente estas situaciones se sienten mucho más en familias adultas, que por lo general tienen un proveer que consideran inamovible, un persona que tiene la obligación de dar siempre todo lo necesario para el desarrollo familiar.

Así mismo encontramos personas que han crecido con la idea de que amar a otros es llegar hasta el sacrificio de sus propios sueños, de entregarse por completo al cuidado de los hijos, los padres, los hermanos, sobrinos, etc., sin realizar su propia vida, y por consiguiente con enormes sentimientos de frustración y víctimas de las mismas circunstancias.

No cabe ninguna duda de que la actitud de dar debe ser incondicional, abierta, sincera, sin esperar retribuciones de ninguna índole. Pero, es también necesario saber establecer ciertos límites, sobre todo cuando nos enfrentamos a situaciones donde existe por parte de nuestros parientes dependencia, manipulación y falta de madurez para asumir cada quien su propia vida en el momento justo.

Las relaciones son una calle de doble vía, señalaba en un artículo reciente Maytte Sepúlveda, escritora y comunicadora en temas de calidad de vida y comportamiento humano. Y agrega esta escritora en su artículo que esa doble vía “significa que necesitamos aprender a entregar y a recibir proporcionalmente. La reciprocidad y el respeto a los demás nos enseña a reconocer y agradecer el esfuerzo que hacen otros para complacernos y apoyarnos, creando, así, una relación interactiva. Cuando mantenemos el balance entre el dar y el recibir podemos establecer límites en ciertos momentos que nos ayuden a dar sólo cuando la persona nos ha pedido o cuando esté dispuesta a recibir, sin que se convierta en una pesada carga de obligación para nosotros”.

No hay nada más satisfactorio que recibir la alegría, las sonrisas, el entusiasmo de quien recibe lo que brindamos cotidianamente de manera desinteresada. Todos los días brindamos de manera amorosa a nuestras familias y semejantes amor, protección, seguridad, apoyo emocional -financiero, confianza, armonía, porque está en nuestra naturaleza humana el darnos a otros en diversas formas como una expresión amorosa.

Pero también tenemos que tener responsabilidad con nosotros mismos y nuestros semejantes para no caer en manipulaciones y no permitir que cada quien sea también creador y asuma su propia vida y sus responsabilidades. Maytte señala que si “cada uno de nosotros estuviese dispuesto a ser considerado, responsable, honesto y consciente al momento de dar y recibir, nuestras relaciones serían más plenas y satisfactorias en el tiempo”.

Texto: Alma García
Locución: Alina Tufani








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