El observador permanente de la Santa Sede en la ONU pide promover la integración social
Viernes, 6 feb (RV).- Para garantizar un auténtico desarrollo humano, es necesario
promover la integración social de todos, especialmente los más necesitados, pobres
e inmigrantes. Así lo ha subrayado el arzobispo Celestino Migliore, interviniendo
ayer en la sede de las Naciones Unidas ante la 47 sesión de las comisiones para el
Desarrollo Social. El observador permanente de la Santa Sede ante la ONU se centró
en el tema de las estrategias necesarias que promover para el auténtico progreso humano
de quien está excluido o discriminado.
Los problemas de las familias, de los
ancianos, los parados, los inmigrantes y todos los grupos víctimas de la exclusión
social deben ser afrontados a través de estructuras legales, sociales e institucionales
apropiadas; esta ha sido la exhortación del arzobispo, que en su intervención ha subrayado
cómo el desarrollo social no requiere sólo ayuda financiera, sino una efectiva implicación
de las personas. Un concepto en el que ha insistido el prelado, resaltando la necesidad
de ofrecer a las personas la posibilidad concreta de ser protagonistas de su propio
desarrollo, haciendo las condiciones de vida más humanas para todos.
Para
el observador vaticano, lo que falta en la lucha contra la pobreza y la falta de igualdad
no es únicamente la asistencia financiera o la cooperación jurídica que son imprescindibles,
sino una red de relaciones capaces de compartir la vida de quienes están excluidos.
Retomando las palabras de Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Paz, Mons. Migliore
ha repetido que “el desarrollo no es sólo una cuestión técnica, sino una necesidad
de atención real al ser humano”.
A través del hecho de compartir con los excluidos
de la sociedad, ha dicho también el observador permanente de la Santa Sede, se pueden
encontrar los instrumentos para su mejor integración en la comunidad. De esta forma
podremos afirmar su dignidad, haciéndole verdadero protagonista de su propio desarrollo.
Por último el prelado aseguró la contribución de la Santa Sede en este sentido, a
través de sus distintas instituciones, para erradicar la pobreza y para conseguir
la integración social de todos.