XIII Jornada de la Vida Consagrada

Lunes, 2 feb (RV).- Hoy se celebra la décimo tercera Jornada de la Vida Consagrada. El mensaje que la Comisión Episcopal para la vida consagrada de la Conferencia Episcopal Italiana elabora cada año para la ocasión está tomado de las enseñanzas del Apóstol Pablo en el especial año dedicado a él, y se abre con las palabras del Apóstol tomadas de la Carta a los Gálatas “Con Cristo estoy crucificado: y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí”.

Para la circunstancia el Papa afirmaba “Todo aquello que Pablo hace, parte de este centro. Su fe es la experiencia del ser amado por Jesucristo en modo del todo personal; es el ser investido por el amor de Jesucristo un amor que lo sacude desde lo más íntimo y lo transforma; es el impacto del amor de Dios en su corazón”. Las palabras paulinas –leemos en el Mensaje de la Conferencia Episcopal italiana, expresan la total conformidad del apóstol a Jesús y señalan el fundamento de la vida cristiana y en particular, de la vida consagrada: la irrupción del Señor en la vida del hombre y la llamada a “pertenecer a él completamente” dejándose invadir y poseer totalmente por el amor de Cristo. Y Pablo llega a tener la certeza de que nada podrá nunca ser separado de este amor: la vida consagrada se convierte por tanto en “epifanía del amor de Dios en el mundo”.

El amor de Cristo suscita en el consagrado una respuesta totalizante, una dedicación total, a la luz de la cual se deben comprender los votos religiosos. En tal prospectiva, el documento de la Conferencia episcopal Italiana subraya la importancia de la obediencia, que se coloca en la fiesta de la Presentación del Señor, que ve a María, José y Jesús, obedecer con humildad a la ley divina dictada a Moisés. En ocasión de esta jornada los obispos italianos invitan a los religiosos y religiosas a renovar su ofrecimiento total de sí al Señor, en el generoso servicio a los pobres, siguiendo el carisma del instituto religioso al que pertenecen. “Que la Virgen María, que se ha asociado completamente al donarse de Jesús –concluyen los prelados- acoja la entrega de sus vidas y las una estrechamente a la de su Hijo, en un lazo indisoluble que las conducirá hasta el Calvario”.