2009-01-25 17:39:41

La semana de oración por la unidad de los cristianos concluye con una hermosa noticia


Domingo, 25 ene (RV).- Benedicto XVI acogió ayer la petición de levantar la excomunión a los cuatro obispos ordenados en 1988 por Mons. Marcel Lefebvre: así se hizo público, en un comunicado la Santa Sede, acompañado del decreto de la Congregación para los Obispos, firmado el 21 de enero por el cardenal prefecto Giovanni Battista Re. Tras hacerse pública esta noticia el Director de nuestra emisora el p. Federico Lombardi hizo el siguiente comentario: “La semana de oración por la unidad de los cristianos se concluye con una hermosa noticia, que deseamos sea manantial de alegría en toda la Iglesia. El levantamiento de la excomunión de los cuatro obispos de la Fraternidad sacerdotal San Pío X es en efecto un paso fundamental para alcanzar la reconciliación definitiva con el movimiento iniciado y guiado por Mons. Lefebvre. Para comprender el significado de este paso nos vuelve inmediatamente al pensamiento las palabras de Benedicto XVI en su carta de introducción al Motu propio Summorum Pontificum, del 7 de julio de 2007, cunado escribió que la mirada al pasado acerca de las divisiones que en el curso de los siglos han lacerado el Cuerpo de Cristo hace pensar que han sido muchas veces las omisiones de la Iglesia a hacer que consolidaran las divisiones. Por ello, escribió el Papa: “tenemos la obligación de hacer todos los esfuerzos para que todos aquellos que verdaderamente tienen el deseo de la unidad, les sea posible quedarse en esta unidad o de reencontrarla de nuevo... Abramos generosamente nuestro corazón ...”.

“El cardenal Ratzinger fue protagonista de aquellas relaciones con mons. Lefebvre en 1988 y ya en aquel tiempo había buscado hacer todo lo posible para mantener la unidad de la Iglesia. Entonces no fue suficiente y las consagraciones episcopales del 30 de junio de aquel año, realizadas sin mandato pontificio, crearon una situación de fractura grave. Pero la Comisión Ecclesia Dei, constituida por Juan Pablo II en esta circunstancia, ha trabajado con paciencia para conservar abiertas las vías del diálogo y diversas comunidades de maneras distintas unidas al movimiento lefebriano han podido ya, en el curso de los años, reentrar en plena comunión con la Iglesia Católica. La Fraternidad Sacerdotal San Pío X, con cuatro obispos, permanecía en cualquier caso como la comunidad más importante con la que restablecer la comunión. Benedicto XVI ha manifestado sin duda alguna su compromiso por hacer todo lo posible para alcanzar este objetivo. Recordamos naturalmente ante todo el Motu propio Summorum Pontificum sobre el rito para la celebración de la Misa, pero podemos además recordar el documento de la Congregación de la Doctrina de la Fe que esclarecía algunos puntos discutidos de la doctrina eclesiológica del Concilio Vaticano II como algunas grandes intervenciones sobre la correcta hermenéutica del mismo Concilio, en continuidad con la tradición”.

“Todo esto ha creado naturalmente un clima favorable, en el que los obispos de la Fraternidad San Pío X han pedido el levantamiento de la excomunión atestando explícitamente su voluntad de estar en la Iglesia católica romana y de creer firmemente en el primado de Pedro. Es hermoso que el levantamiento de la excomunión tenga lugar en el inminente 50 aniversario del anuncio del Concilio Vaticano II, de manera que este evento fundamental no pueda ser jamás considerado ocasión de tensión. Sino de comunión. El texto del decreto demuestra, de por si, que se está en camino hacia la plena comunión, de la que el Santo Padre desea la solícita realización. Por ejemplo, aspectos como el estatus de la Fraternidad y de los sacerdotes que pertenecen a ella no están definidos en el decreto publicado hoy. Pero la oración de la Iglesia está de común acuerdo con la del Papa para que toda dificultad se supere cuanto antes y se pueda hablar de comunión en sentido pleno y sin incertidumbre alguna”.







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