Martes, 20 ene (RV).- En el año del “XX Aniversario de la Convención de los Derechos
de los Niños” - recordando la predilección de Cristo Jesús por ellos “porque de éstos
es el Reino de los Cielos” (Mt 19, 14) - el presidente del Pontificio Consejo para
los Agentes sanitarios dirige un apremiante llamamiento a «los responsables de los
Gobiernos a fin de que, al poner en marcha programas y planes de salud, reserven una
atención especial a los niños enfermos de lepra, quienes corren el riesgo de ver hipotecado
su futuro».
En el mensaje para la 56 Jornada Mundial de los Enfermos de Lepra,
que tendrá lugar el próximo domingo 25 de enero, el cardenal Javier Lozano Barragán
recuerda que «esta celebración anual es una gran cita de solidaridad con los hermanos
y hermanas que están afligidos por el morbo de Hansen, una enfermedad a menudo ignorada
por los medios de comunicación que actualmente afecta en el mundo a más de 250,000
personas, la mayoría de las cuales vive en condiciones de indigencia».
Lamentablemente
esta enfermedad afecta a numerosos menores, señala el cardenal Lozano Barragán, recordando
a las Instituciones Públicas «la urgencia de que se ponga en práctica el derecho de
disfrutar el mejor estado de salud posible y de beneficiar de servicios médicos y
de rehabilitación”, tal como reconoce el artículo 24 de la “Convención sobre los Derechos
de los Niños”».
Ante los también lamentables temores generados por la ignorancia
acerca del morbo de Hansen, «que aún persisten en el plano social», el mensaje añade
que estos temores, a su vez, «dan lugar a sentimientos de exclusión y a menudo de
estigma hacia los enfermos de lepra, haciéndolos particularmente vulnerables».
Esta
Jornada Mundial es, pues, la ocasión oportuna para ofrecer a la comunidad de los hombres
una información correcta, amplia y capilar acerca de la lepra y de los efectos devastadores
que puede causar en los cuerpos si son dejados a sí mismos, en las familias y en la
sociedad, y suscitar el deber individual y colectivo de una activa y fraterna solidaridad.
«Inspirándose
en el ejemplo de Cristo Jesús, médico del cuerpo y del espíritu, la Iglesia siempre
ha tenido una especial solicitud por los enfermos de lepra», recuerda el cardenal
Lozano Barragán, citando en este contexto la abnegada presencia de la misma Iglesia
a lo largo de los siglos, por medio de Congregaciones de religiosos y religiosas y
de Organizaciones de Asistencia Sanitaria de Voluntariado de fieles laicos, contribuyendo
así de modo radical en su plena integración social y comunitaria.
Tras recordar
al beato Padre Damián de Veuster - incansable y ejemplar Apóstol de los hermanos y
hermanas afectados por el morbo de Hansen, faro de Fe y de Amor – el mensaje destaca
también a Raoul Follereau, promotor de esta “Jornada Mundial” y paladín del laicado
católico en el mundo. Sin olvidar a los numerosos voluntarios y hombres de buena voluntad
que ayudan concretamente a los Institutos de investigación para derrotar esta enfermedad.
Es hermoso y consolador constatar que en esta lucha están presentes asociaciones
y organizaciones no gubernamentales que van más allá de las afiliaciones religiosas,
ideológicas y culturales, encontrándose todos en la finalidad común de proporcionar
al enfermo la oportunidad de reencontrar un estado de bienestar social, sanitario
y espiritual, escribe el cardenal Lozano Barragán, manifestando luego especial gratitud
a la “Sasakawa Foundation”.
A los enfermos del morbo de Hansen, a los misioneros,
religiosos y religiosas comprometidos en este campo, y a los agentes sociales y de
la sanidad que los asisten, el purpurado manifiesta la cercanía de este Pontificio
Consejo para los Agentes Sanitarios, que expresa la solicitud y la cercanía de la
Iglesia por los Enfermos y por quienes se dedican a ellos. El mensaje termina invocando
a la Inmaculada Madre de Dios, Salus Infirmorum, para que interceda ante su Hijo Jesús
“Médico de los cuerpos y de las almas”, por los enfermos de lepra y por que los asisten.