Sábado, 10 ene (RV).- «Belleza de la familia». Es el título del editorial, Octava
Dies, de esta semana, del Padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa
de la Santa Sede y de nuestra emisora. Se refiera a la gran cita convocada por el
Papa y dedicada a la célula fundamental de la sociedad humana y cristiana, es decir,
al Encuentro Mundial de la Familia México 2009.
El P. Lombardi recuerda que
del 13 al 18 de enero, en Ciudad de México, en el Santuario de la Virgen de Guadalupe,
tendrá lugar el VI Encuentro Mundial de las Familias, con el significativo tema “La
Familia formadora en los valores humanos y cristianos”. “Todos –señala el director
de la Oficina de Prensa de la Santa Sede- saben que la familia vive dificultades en
nuestro tiempo, que una mentalidad difusa socava su estabilidad negando el valor de
un compromiso duradero, y no reconociendo a la unión fecunda entre un hombre y una
mujer, el carácter privilegiado de célula fundamental de la sociedad humana. Todos
saben, también, que la Iglesia católica impulsa con firmeza la tutela de la familia
y no escatima intervenciones en su favor, aún a costa de parecer insistente e incluso
impopular”.
El Padre Lombardi hace hincapié en el mensaje de esperanza y
de alegría que se proponen brindar al mundo las familias cristianas que se van a reunir
en México, siguiendo el anhelo de la Iglesia: “Quizá –escribe- no todos han comprendido
que con este compromiso la Iglesia no impulsa una batalla de retaguardia así como
no persigue intereses para sí misma. Lo que sencillamente busca es el bien de los
hombres y de las mujeres de hoy y de mañana. Quiere salvar para ellos el lugar fundamental
del amor y de la alegría de vivir. En la mayoría de los casos los niños que no tienen
a sus padres unidos no son felices, o al menos tienen algunas dificultades de más.
Muchas personas solas o divididas no son felices. Mientras que una familia unida por
el amor, no sólo es un lugar de alegría para sus miembros, sino que también es capaz
de acogida. Es lugar de amor y manantial de alegría para los menos afortunados. Lugar
de transmisión de la vida y de la forma de vivirla bien. Las familias cristianas de
todo el mundo se encuentran en México no para lanzar anatemas, sino para dar a todos
un mensaje de esperanza y de alegría. Es bello quererse mucho en familia. Y también
es posible. El que vive este gran don lo quiere testimoniar para invitar a todos a
proseguir y a creer en el amor”.