2008-12-24 15:55:40

Esta tarde se inaugura el Nacimiento en la Plaza de San Pedro


Miércoles, 24 dic (RV).- Esta tarde, en uno de los momentos más característicos de la celebración de la Navidad en Roma, será inaugurado el gran Nacimiento colocado en la Plaza de San Pedro, que tras semanas de construcción, hasta la fecha de hoy, ha permanecido cubierto.

Con la presencia del cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado de Su Santidad y del cardenal Giovanni Lajolo, presidente del Gobernatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano y con la participación de los responsables de su construcción -el personal de los Servicios Técnicos vaticanos- será desvelado el Nacimiento gigante que, como es ya tradicional está colocado en el centro de la plaza junto al árbol de Navidad.

Este Nacimiento viene colocado en la Plaza de San Pedro por voluntad del Siervo de Dios Juan Pablo II, desde 1982, tradición que ha sido mantenida por Benedicto XVI. Después de la inauguración del Belén será introducida una Vigilia de oración cuya intención será por la paz en el mundo; y al concluir, será Benedicto XVI quien procederá desde su estudio privado a encender la “Luz de la Paz” que será colocada ante su ventana, acto al que seguirá la bendición del Papa a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

El Nacimiento de este año desea simbólicamente trasladar la escena del Nacimiento de nuestro Redentor, a un humilde refugio cubierto por vigas de madera, apoyado a los muros de una pequeña ciudad de Belén, reconstruida con pericia por los creativos y técnicos del Vaticano con reproducciones de algunos elementos de “Beth-lehem”, Belén, que en hebreo significa Casa del Pan.

También este año, las estatuas que estarán expuestas al público a partir de esta tarde, pertenecen al pesebre de San Vincenzo Pallotti, que data del año 1842, que serán acompañadas por otras esculturas de talla más reciente que se han ido incorporando en el curso de los años.

Los artistas vaticanos no han dejado de lado la tradición de acompañar este momento histórico de nuestra salvación con la presencia del agua y del fuego. El agua que mana de una fuente y el fuego que arde en un horno de pan, representan respectivamente la pureza y la regeneración y el triunfo de la luz sobre las tinieblas.







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