Miércoles, 24 dic (RV).- Mientras un gran número de personas consumen en Navidad,
otras serán víctimas de la desesperación ante la falta de recursos en tiempos de crisis.
“La Navidad de las crisis”, es el título de un reportaje publicado por la revista
de los Hermanos de San Juan de Dios en su número de diciembre, en el que analizan
quienes son los más perjudicados en estas fechas por el problema financiero mundial.
De
hecho, el pasado 18 de diciembre, el propio Benedicto XVI pidió solidaridad para todas
aquellas personas afectadas por la crisis. “En un contexto mundial cada vez más difícil”,
el Papa instó a que se tengan en cuenta “a las futuras generaciones y que las estrategias
institucionales para combatir la crisis económica afronten también los problemas de
justicia social”.
Benedicto XVI observó asimismo que para suscitar el sentido
durable de la solidaridad, el mejor camino es el de invertir en la educación de los
jóvenes. Sin embargo, esta preocupación por la educación de los jóvenes sería vana
si la institución familiar fuera excesivamente frágil. “Existe una armonía profunda
-señaló el Papa- entre las tareas de la familia y los deberes del Estado. Favorecer
entre ellos una feliz sinergia significa obrar eficazmente por un futuro de prosperidad
y de paz social”.
De hecho, los grupos de población a los que la crisis está
afectando más son mujeres solas con cargas familiares no compartidas a las que se
les complica la conciliación de la vida familiar y laboral; hombres en paro con baja
cualificación de los sectores de la construcción y la hostelería; y familias jóvenes
con niños pequeños. Según un estudio de Cáritas, la crisis ha traído caras nuevas
a la pobreza. Familias encabezadas por un varón en paro de unos 40 años, que arrastra
hipotecas y que han vivido con lo justo, por lo que no han ahorrado y han agotado
los recursos familiares y las prestaciones del Estado, acuden a Cáritas buscando cobertura
para las necesidades básicas. Junto a ellos, las familias y las personas inmigrantes
regularizadas que tras una situación estable, han pasado a estar paradas. Estos últimos
se encuentran además con el problema añadido de la situación legal, ya que sin empleo,
no pueden renovar sus permisos de residencia.
Las peticiones de ayuda crecen
en estas fechas de Navidad en instituciones como Cáritas o el Teléfono de la Esperanza
desde donde se atiende a gente que necesita asistencia. De hecho los comedores de
Cáritas han incrementado un fuerte aumento del número de usuarios, hasta un 70,4 por
ciento, mientras que al Teléfono de la Esperanza han llamado más de 500 personas,
lo que supone un aumento del 25 por ciento respecto al resto del año. Son sobre todo
personas mayores que no tienen con quien compartir estos días tan especiales, y desde
el Teléfono de la Esperanza se intenta acompañarles.
En un informe publicado
por Cáritas el pasado 21 de octubre, se ponía de manifiesto el momento por el que
atravesamos y cómo está afectando a la vida de los españoles más pobres. El Observatorio
de la Realidad de Cáritas constató un aumento de las demandas de ayuda, lo que verifica
el impacto de la crisis y alerta sobre el crecimiento de esta tendencia en estas fechas.
Los
Hermanos de San Juan de Dios invitan a reflexionar sobre el sentido de lo que celebramos
en estas fechas. “Miremos en nuestro interior –escriben- y regalemos a nuestros seres
queridos más tiempo, dedicación, amor y solidaridad en general. Festejemos la fiesta
derrochando ternura y empleemos nuestros recursos económicos y temporales en hacer
felices a nuestros seres queridos, y deseemos que la conmemoración del nacimiento
de Cristo nos traiga paz, estabilidad y nos fortalezca para afrontar 2009 con fe”.