Reflexiones en familia

Escuchar el programa
Jueves, 11 dic (RV).- Amigos oyentes, en diversas ocasiones hemos abordado el tema de la paternidad, enfocando el tema de las relaciones de amistad con los hijos, de la valentía que se requiere de los padres de hoy para que sus hijos tengan un ejemplo claro de valores y principios frente a los desafíos de las sociedades modernas, en fin hemos tratado de brindar algunos elementos que nos ayuden por lo menos a comprender todo lo que implica ser padres hoy en día.
Y es que no es fácil actualmente ser un buen padre, pues la figura paterna está ampliamente difundida por las sociedades de consumo como la de 'proveedor', y no solamente hacia los padres, aunque también se ha extendido a las madres, considerándolos como aquellos que satisface todas las necesidades materiales del hogar. Y para "que no les falte nada a los hijos" los padres trabajan jornadas dobles y aún los fines de semana, sin darse un respiro para disfrutar lo que realmente es importante: la experiencia única de ver crecer a los hijos.

En los hogares de hoy, podríamos decir que la tendencia actual está orientada a compartir cada vez más roles que anteriormente estaban solo destinados a las madres, por eso vemos a los papas que han logrado vencer las tradiciones atávicas de ser meros proveedores, y que han empezado a compartir el gozo en la crianza de los hijos, hablando de una nueva dimensión en la convivencia familiar.

Es muy claro que desde que el bebe está en el vientre, las madres establecen una comunicación vital con sus hijos, desde el momento mismo de su nacimiento. Las madres saben interpretar las señales de temor en los bebes y con mimos los tranquilizan y establecen una fuerte comunicación. Pero cada vez más los papás también están logrando una fuerte comunicación.

El padre proporciona un elemento único y esencial en la crianza del hijo y su influencia es poderosa en la salud emocional. La madre le dice: "con cuidado", y el padre le dice "uno más", al estimular al pequeño a subir otro peldaño para que llegue a la cima. Juntos, padre y madre guían a sus hijos frente a las diversos momentos de la vida.

Los padres de hoy se abren con mucha más resolución a las necesidades más sutiles de sus hijos: las emocionales y las psíquicas. Los papás buscan brindarle a sus hijos no sólo las cosas materiales, sino el ambiente propicio que le permita el desarrollo de su potencial en un marco de la libertad responsable.

Un hijo, es siempre una bendición de Dios, porque siempre son una alegría, una emoción que nos regocija el alma, por más dificultades que se tenga para darle lo que necesita, pues con muchos o muy pocos recursos, los hijos son siempre para los padres la felicidad, la vida, la alegría de verlos crecer y desarrollarse como personas, gracias a los cuidados y atenciones que un hijo siempre reclama, no importa la edad, ni las condiciones que tenga la familia, ni el contexto socio-cultural en el que se crece.

Y esto cada vez es más claro para los papás de hoy, pues se cada vez más se reconoce que los hijos son personitas que dependen completamente de los padres, y por tanto se debe ayudarles a desarrollarse en sus capacidades y habilidades, a superar sus limitaciones y aprender a ser felices con todas las fortalezas que tienen. Hasta pronto.