El lugar de culto es una casa de oración, nunca un centro de propaganda ideológica,
desde el que difundir fanatismo y odio
Sábado, 6 dic (RV).- En España, y en toda Europa, en el mundo de la política y de
la cultura, así como en la opinión pública, se discute desde hace tiempo sobre las
medidas que habría que tomar a la hora de construir nuevas mezquitas y centros culturales
islámicos dentro de núcleos urbanos y ciudades que han vivido durante siglos solamente
dentro de la tradición cristiana. Sobre esta cuestión, detrás de la cual bulle una
fuerte polémica, nuestra compañera Romilda Ferrauto, de la sección francesa, ha entrevistado
al cardenal Jean Louis Tauran que es el presidente del Pontificio Consejo para el
Diálogo interreligioso.
“Como es sabido, un lugar de culto es un derecho
que deriva claramente del derecho a la libertad religiosa, como señalan todas las
declaraciones del derecho internacional; este derecho pertenece a todas las comunidades
religiosas y debe aplicarse en todos los lugares: es lo que se llama “libertad de
culto”, es decir, el derecho a tener un lugar de culto. Sin embargo, luego, la construcción
de un nuevo lugar de culto debe responder a una real necesidad de la comunidad religiosa
interesada. Y esto vale también para el lugar elegido y para su dimensión. Lo que
debe tenerse en cuenta es que la construcción de un lugar de culto no constituya nunca
un acto de desafío para las otras comunidades religiosas, sobre todo en relación a
la comunidad mayoritaria. Por ello, es de desear, por ejemplo, que los lugares de
culto observen una cierta distancia entre ellos, incluso por cuestiones de tipo práctico.
Creo que es importante que el lugar de culto sea una casa de oración. No debe convertirse
en un centro de propaganda ideológica, desde el cual difundir fanatismo y odio. Y
finalmente, es necesaria la transparencia por lo que se refiere a la financiación
de la construcción y de la gestión de los lugares de culto. Pienso que todas estas
consideraciones deben disponerse conjuntamente de manera que se eviten desvíos y consecuencias
temidas”.
¿Qué es lo que deben hacer las autoridades públicas para verificar
que estos lugares de culto no se conviertan en centros de propaganda?
“Yo
creo que lo importante es el diálogo, un diálogo sincero y transparente. Es necesario
recordar que en todos los Congresos internacionales en los que se habla de libertad
de religión existe siempre una cláusula que prevé que las autoridades políticas, las
autoridades del Estado tienen el derecho de verificar que la libertad de religión
ejercitada por una comunidad no pone en peligro la libertad de las otras comunidades
religiosas, y que la seguridad y el orden público están siempre garantizados”.