Benedicto XVI defiende los valores innegociables de la vida humana, la familia y el
matrimonio entre un hombre y una mujer, al recibir las cartas credenciales del nuevo
embajador de Argentina
Viernes, 5 dic (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana las Cartas credenciales
del nuevo embajador de Argentina ante la Santa Sede Juan Pablo Cafiero. En su discurso
el Papa ha subrayado la larga tradición cristiana de este país sudamericano, que ha
conformado “la idiosincrasia y la religiosidad” del pueblo. Un “valioso patrimonio
espiritual que ilumina y potencia las aspiraciones fundamentales del hombre”. “Por
eso es importante considerarlo, además de como una herencia que hay que conservar,
como un tesoro del que continuamente puede extraerse fortaleza para afrontar el presente,
ofreciéndolo también como don precioso a las nuevas generaciones”.
El Santo
Padre ha dicho también que “el mensaje evangélico ha arraigado hondamente en esa Nación
dando cuantiosos frutos, especialmente en preclaros modelos de conducta y testimonio
ejemplar de virtudes humanas y cristianas”. Entre ellos, el Papa ha evocado “la insigne
figura de Ceferino Numuncurà, cuya beatificación a finales del pasado año fue una
alegría para todo el Pueblo de Dios”. Este joven mapuche, hijo espiritual de San Juan
Bosco, es un signo espléndido de cómo “Cristo no es ajeno a cultura alguna ni a ninguna
persona; por el contrario, la respuesta anhelada en el corazón de las culturas es
lo que les da su identidad última, respetando a la vez la riqueza de las diversidades”.
“La
fe en Cristo -ha señalado asimismo Benedicto XVI- ha impulsado en Argentina numerosas
iniciativas benéficas y asistenciales”. La solicitud y actividad eclesial, se han
centrado particularmente en el campo espiritual y moral, pero se ha irradiado también,
con peculiar intensidad, en ámbitos sanitarios, culturales, educativos, laborales
y de atención a los menesterosos. “Desde esa perspectiva, -ha indicado el Papa- la
Iglesia, sin pretender convertirse en un sujeto político, aspira, con la independencia
de su autoridad moral, a cooperar leal y abiertamente con todos los responsables del
orden temporal en el noble diseño de lograr una civilización de la justicia, la paz,
la reconciliación, la solidaridad. El Papa ha deseado que “se robustezca el diálogo
y la colaboración entre las Autoridades argentinas y el Episcopado de esa Nación en
aras del bien común de toda la población”.
Luego el Papa una vez más ha defendido
“la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, la defensa de la
vida humana desde su concepción hasta su término natural, la erradicación de la pobreza,
el cultivo de la honradez, la lucha contra la corrupción, la adopción de medidas que
asistan a los padres en su derecho inalienable de educar a sus hijos en sus propias
convicciones éticas y religiosas, así como la promoción de los jóvenes, para que sean
hombres y mujeres de paz y reconciliación”.
Y en este sentido, el Pontífice
ha recordado que precisamente hoy, con la presencia de una Delegación de esta Sede
Apostólica, “se encontrarán las Presidentas de Argentina y Chile para conmemorar el
trigésimo aniversario de la mediación realizada por mi venerado Predecesor el Papa
Juan Pablo II en la solución del diferendo que las dos Naciones mantuvieron sobre
la determinación de sus límites en la zona austral del continente”.