2008-12-05 15:40:13

Benedicto XVI defiende los valores innegociables de la vida humana, la familia y el matrimonio entre un hombre y una mujer, al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Argentina


Viernes, 5 dic (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana las Cartas credenciales del nuevo embajador de Argentina ante la Santa Sede Juan Pablo Cafiero. En su discurso el Papa ha subrayado la larga tradición cristiana de este país sudamericano, que ha conformado “la idiosincrasia y la religiosidad” del pueblo. Un “valioso patrimonio espiritual que ilumina y potencia las aspiraciones fundamentales del hombre”. “Por eso es importante considerarlo, además de como una herencia que hay que conservar, como un tesoro del que continuamente puede extraerse fortaleza para afrontar el presente, ofreciéndolo también como don precioso a las nuevas generaciones”.

El Santo Padre ha dicho también que “el mensaje evangélico ha arraigado hondamente en esa Nación dando cuantiosos frutos, especialmente en preclaros modelos de conducta y testimonio ejemplar de virtudes humanas y cristianas”. Entre ellos, el Papa ha evocado “la insigne figura de Ceferino Numuncurà, cuya beatificación a finales del pasado año fue una alegría para todo el Pueblo de Dios”. Este joven mapuche, hijo espiritual de San Juan Bosco, es un signo espléndido de cómo “Cristo no es ajeno a cultura alguna ni a ninguna persona; por el contrario, la respuesta anhelada en el corazón de las culturas es lo que les da su identidad última, respetando a la vez la riqueza de las diversidades”.

“La fe en Cristo -ha señalado asimismo Benedicto XVI- ha impulsado en Argentina numerosas iniciativas benéficas y asistenciales”. La solicitud y actividad eclesial, se han centrado particularmente en el campo espiritual y moral, pero se ha irradiado también, con peculiar intensidad, en ámbitos sanitarios, culturales, educativos, laborales y de atención a los menesterosos. “Desde esa perspectiva, -ha indicado el Papa- la Iglesia, sin pretender convertirse en un sujeto político, aspira, con la independencia de su autoridad moral, a cooperar leal y abiertamente con todos los responsables del orden temporal en el noble diseño de lograr una civilización de la justicia, la paz, la reconciliación, la solidaridad. El Papa ha deseado que “se robustezca el diálogo y la colaboración entre las Autoridades argentinas y el Episcopado de esa Nación en aras del bien común de toda la población”.

Luego el Papa una vez más ha defendido “la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su término natural, la erradicación de la pobreza, el cultivo de la honradez, la lucha contra la corrupción, la adopción de medidas que asistan a los padres en su derecho inalienable de educar a sus hijos en sus propias convicciones éticas y religiosas, así como la promoción de los jóvenes, para que sean hombres y mujeres de paz y reconciliación”.

Y en este sentido, el Pontífice ha recordado que precisamente hoy, con la presencia de una Delegación de esta Sede Apostólica, “se encontrarán las Presidentas de Argentina y Chile para conmemorar el trigésimo aniversario de la mediación realizada por mi venerado Predecesor el Papa Juan Pablo II en la solución del diferendo que las dos Naciones mantuvieron sobre la determinación de sus límites en la zona austral del continente”.







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