Audiencia a la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén: el Papa recuerda que
Tierra Santa tiene necesidad de justicia y de paz
Viernes, 5 dic (RV).- El Santo Padre también ha recibido, en la Sala Clementina del
Palacio Apostólico, con motivo de su reunión quinquenal, a los Miembros de la Orden
Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, que se ocupan de recoger fondos para los
cristianos de Palestina e Israel. El Papa en su discurso ha querido manifestarles
su aprecio por la labor solidaria y fraterna que la Orden promueve a favor de de los
Lugares Santos.
Nacida como “Guardia de honor” para custodiar el Santo
Sepulcro, la Orden Ecuestre ha gozado de una singular atención por parte de los Romanos
Pontífices que la han dotado de los instrumentos espirituales y jurídicos necesarios
para realizar su específico servicio. “Se trata de un vínculo antiguo y glorioso -ha
dicho el Papa- que funde la Orden al Santo Sepulcro de Cristo, donde viene celebrada
de manera particular la gloria de la muerte y resurrección. Esto constituye el eje
central de vuestra espiritualidad”.
“Que Jesucristo crucificado y resucitado
sea, pues, el centro de vuestra existencia y de todos vuestros proyectos y programa
personal y asociativo”, ha instado el Papa invitando a dejarse “guiar y sostener por
su potencia redentora para vivir en profundidad la misión que estáis llamados a desarrollar,
para ofrecer así un elocuente testimonio evangélico, para ser constructores, en nuestro
tiempo, de una esperanza activa”.
Benedicto XVI ha insistido en la necesidad
de justicia y de paz en la Tierra de Jesús, y por eso ha pedido a los miembros de
la Orden del Santo Sepulcro que no se cansen de trabajar para conseguir estos objetivos
de paz y amor para unas “comunidades agotadas por el clima incierto y peligroso de
los últimos años. “A las queridas poblaciones cristianas que continúan sufriendo
a causa de la crisis política, económica y social de Medio Oriente, todavía con más
dificultades por el agravamiento de la situación mundial –ha finalizado el Santo Padre-
dirijo un afectuoso pensamiento, reservando un particular testimonio de proximidad
espiritual a los muchos hermanos en la fe que están obligados a emigrar”.