Sábado, 29 nov (RV).- El editorial semanal del director de nuestra emisora, el padre
Federico Lombardi hoy está dedicado a los ataques terroristas en Bombay que han dejado
un saldo de más de 160 muertos y casi 400 heridos.
“Los atentados en Bombay,
con más de 10 objetivos de gran importancia, atacados de manera coordinada con mas
de 150 muertos y centenares de heridos, han hecho precipitar a la India y a gran parte
del mundo en la angustia. La mortal gravedad y la evidente intención de golpear en
el mismo corazón de un gran País nos han hecho recordar de nuevo el 11 de septiembre
en Nueva York, Madrid y Londres…Las tensiones y los conflictos que vive desde hace
mucho tiempo el subcontinente indio son deliberadamente individuados como puntos críticos
sobre los que operar para hacer que se extienda todavía de manera más espantosa,
cuyas consecuencias son difícilmente imaginables, dadas las dimensiones demográficas
del Asia meridional y su papel en el desarrollo mundial. La piedad y el dolor por
las víctimas de estos días se intensifican pensando el dolor inmenso que insensatos
y lúcidos agentes del odio quieren multiplicar para innumerables personas.
Para
los creyentes, la preocupación humana se une a la religiosa. Recordamos la antigua
tensión que llevó a la división entre India y Pakistán y las persistentes, e incluso,
crecientes corrientes fundamentalistas no sólo en el mundo islámico sino también hinduista.
Hace unos años en la India estalló una ola de violencia anti musulmana, recientemente
asistimos a la de la violencia anticristiana en algunas regiones. En un país en el
que minoría musulmana es de 140 millones de personas, ¿cuáles pueden ser las reacciones
a este ataque que se presenta como de matriz islámica? Es horrible que en el mudo
de hoy las religiones se mezclen con la violencia. El fundamentalismo es uno de los
riesgos más dramáticos de la humanidad y desafía la conciencia de todo hombre religioso.
'No se puede usar la violencia en nombre de Dios': el grito de Juan Pablo II, los
mensajes de Asís deben continuar a resonando lo más fuerte posible. La causa de la
paz la causa del hombre es el la causa del verdadero Dios”.