Escuchar el programa Jueves, 20 nov
(RV).- Para nadie es un secreto que el tema de la educación es siempre un asunto de
vital importancia para todas las familias y por lo tanto de constante preocupación
para los padres, quienes cada día son más conscientes de que la colaboración entre
padres y maestros es esencial para que sus hijos logren sus metas en la escuela. Lamentablemente
esta colaboración no siempre se da, y tampoco en nuestros países las condiciones para
la educación no siempre son las mejores.
A Margarita, madre de dos niños de
cinco y siete años, le preocupa no poder ayudar a sus hijos en la escuela porque ella
sólo estudió hasta el tercer grado de primaria, y si bien sabe leer y escribir, frente
a algunas tareas y temas específicos de la educación que reciben sus hijos en el colegio,
ella considera que no puede aportar mucho. Frente a este tipo de situaciones, algunos
especialistas consideran que aun cuando no se tenga un alto nivel educativo, los padres
de familia tienen las herramientas necesarias para lograr que, desde el primer día
de clase, sus hijos alcancen el éxito en la escuela.
La ayuda de los padres
en la formación y educación de sus hijos se puede hacer en diversos aspectos, pues
esta ayuda no siempre se da en contenidos, sino que se expresa de muchas maneras.
Por ejemplo al proporcionarle una nutrición saludable, asegurarse que duerma las horas
necesarias, darle estabilidad emocional a través de una comunicación abierta, brindarle
apoyo, demostrarle amor y dedicarle tiempo, con todas estas expresiones los padres
facilitan que el niño empiece la escuela con una autoestima fuerte, necesaria para
su educación.
Desde el principio, es decir desde los primeros años y días
de escuela, el niño debe contar con un espacio limpio y luminoso en la casa y con
los útiles necesarios para poder estudiar con comodidad. Mientras el pequeño estudia
es preciso crear el ambiente necesario para que se concentre y pueda estudiar, evitando
las distracciones por ejemplo de la televisión.
Los expertos señalan igualmente
que es necesario acostumbrar al niño a conversar sobre lo que aprendió cada día, y
preguntarle sobre situaciones que tienen que ver con su seguridad, ya sea con otros
compañeros como con los adultos de la escuela. Y, por supuesto, escucharle con auténtico
interés.
Definitivamente no existe una carrera que enseñe a ser madre o padre.
Sin embargo, algunos centros educativos tienen grupos y asociaciones de apoyo para
los padres de familia, y también existen centros especializados que brindan su ayuda
a los padres para que puedan participar y jugar un rol activo en la educación de los
niños, de manera que los prepare incluso hasta la universidad. Los expertos señalan
que esta preparación se inicia desde los tres o cuatro años. Desde entonces debemos
hacerles entender, con una buena comunicación, que la escuela los prepara para un
futuro mejor.
Entonces, desde el seno de la familia se pueden promover actividades
que ayuden a los niños en sus procesos de aprendizaje. La lectura por ejemplo es una
actividad que no sólo contribuye a desarrollar un buen vocabulario, además de ser
una actividad que le permite compartir tiempo con sus hijos e incentivar su imaginación.
Si los padres no saben leer, pueden contarle al niño historias o leyendas de sus lugares
de origen, puesto que así enriquece igualmente su lenguaje e imaginación.