2008-11-13 17:32:39

Asamblea Plenaria de los obispos estadounidenses


Jueves, 13 nov (RV).- El cardenal Francis George, arzobispo de Chicago, dedicó su discurso de apertura de la Asamblea Plenaria de los obispos, que está teniendo lugar estos días en Baltimore, a la defensa de la vida de los no nacidos como parte del bien común del país, al mismo nivel que la justicia racial. Comentando el triunfo histórico de presidente electo Barack Obama, el cardenal George afirmó que EE.UU. “está pasando por un momento en el que, por la gracia de Dios, todas las razas viven seguras dentro de la sociedad americana".

"Sin embargo, no hemos llegado al momento, en el que los católicos, sobre todo en la vida pública, puedan ser considerados como plenamente participantes en la experiencia estadounidense, a no ser que estén dispuestos a dejar de lado algunas enseñanzas fundamentales católicas sobre la justicia moral y política".

El purpurado añadió que para los obispos "lo más importante es que la Iglesia permanezca fiel a sí misma y a su Señor”, ya que sólo “siendo auténticamente ella misma podrá servir a la sociedad y a sus miembros, en la promoción del bien común y la justicia racial, pilares de nuestra doctrina social”. "Pero la Iglesia sabe también, que la Palabra Eterna de Dios se hizo hombre y se encarnó en el seno de la Virgen María. Esta verdad celebra nuestra liturgia y está marcada en nuestro espíritu", dijo el cardenal de Chicago. "El bien común nunca puede ser suficientemente encarnado en ninguna sociedad cuando los no nacidos pueden ser legalmente asesinados", añadió. “El común acuerdo no puede encontrarse destruyendo el bien común".

Sobre la actual crisis económica, el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos afirmó que los obispos expresan su "apoyo y solidaridad a todas las víctimas de la crisis económica actual", y añadió que "como pastores y obispos, vemos muchas consecuencias humanas y morales en esta crisis". "En toda la nación las familias pierden sus hogares, las pensiones son amenazadas, los trabajadores se quedan sin empleo y asistencia médica; y muchas personas están perdiendo el sentido de la esperanza y de la seguridad". El comunicado recuerda que “todos somos hijos de Dios y por tanto, responsables de nuestros hermanos". El cardenal acaba asegurando que “la comunidad católica seguirá ayudando a los que pasan necesidad, apoyando a las víctimas, y trabajando por políticas que traigan más compasión, responsabilidad y justicia a la vida económica".







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