Jueves, 13 nov (RV).- El cardenal Francis George, arzobispo de Chicago, dedicó su
discurso de apertura de la Asamblea Plenaria de los obispos, que está teniendo lugar
estos días en Baltimore, a la defensa de la vida de los no nacidos como parte del
bien común del país, al mismo nivel que la justicia racial. Comentando el triunfo
histórico de presidente electo Barack Obama, el cardenal George afirmó que EE.UU.
“está pasando por un momento en el que, por la gracia de Dios, todas las razas viven
seguras dentro de la sociedad americana".
"Sin embargo, no hemos llegado al
momento, en el que los católicos, sobre todo en la vida pública, puedan ser considerados
como plenamente participantes en la experiencia estadounidense, a no ser que estén
dispuestos a dejar de lado algunas enseñanzas fundamentales católicas sobre la justicia
moral y política".
El purpurado añadió que para los obispos "lo más importante
es que la Iglesia permanezca fiel a sí misma y a su Señor”, ya que sólo “siendo auténticamente
ella misma podrá servir a la sociedad y a sus miembros, en la promoción del bien común
y la justicia racial, pilares de nuestra doctrina social”. "Pero la Iglesia sabe también,
que la Palabra Eterna de Dios se hizo hombre y se encarnó en el seno de la Virgen
María. Esta verdad celebra nuestra liturgia y está marcada en nuestro espíritu", dijo
el cardenal de Chicago. "El bien común nunca puede ser suficientemente encarnado en
ninguna sociedad cuando los no nacidos pueden ser legalmente asesinados", añadió.
“El común acuerdo no puede encontrarse destruyendo el bien común".
Sobre la
actual crisis económica, el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos afirmó
que los obispos expresan su "apoyo y solidaridad a todas las víctimas de la crisis
económica actual", y añadió que "como pastores y obispos, vemos muchas consecuencias
humanas y morales en esta crisis". "En toda la nación las familias pierden sus hogares,
las pensiones son amenazadas, los trabajadores se quedan sin empleo y asistencia médica;
y muchas personas están perdiendo el sentido de la esperanza y de la seguridad". El
comunicado recuerda que “todos somos hijos de Dios y por tanto, responsables de nuestros
hermanos". El cardenal acaba asegurando que “la comunidad católica seguirá ayudando
a los que pasan necesidad, apoyando a las víctimas, y trabajando por políticas que
traigan más compasión, responsabilidad y justicia a la vida económica".