El «Día de la memoria», un llamamiento a que no se repita una época donde se pisoteó
la dignidad del ser humano
Martes, 11 nov (RV).- Mientras resuena aún el reciente apremiante llamamiento de Benedicto
XVI, para que la memoria de los horrores de la furia nazi contra los judíos haga que
nunca más se vuelva repetir esa tragedia y que nos comprometamos contra toda forma
de antisemitismo y de discriminación, también el arzobispo Jean-Louis Brugués, secretario
de la Congregación para la Educación Católica, hizo hincapié en que «el deber de la
memoria tiene que seguir sacudiendo nuestro corazón y nuestra mente, para conseguir
que la razón reconozca el mal y lo rechace, para suscitar la valentía del bien y la
resistencia contra el mal».
Representando a la Santa Sede en el IV Seminario
del Consejo de Europa de los ministros de Educación de los países que han firmado
la Convención Cultural Europea, dedicado al tema «Enseñar la memoria: para vivir en
una Europa de la libertad y el derecho», que se celebró en Nüremberg - Dachau, Alemania,
Mons. Brugués destacó que, precisamente, el lugar elegido para el seminario está lleno
de recuerdos que han marcado la historia europea: «las grandes asambleas nazis, pero
también el juicio contra aquellos que se mancharon de graves delitos contra la humanidad».
«Hechos como esos, de los que esta ciudad fue testigo, nos hablan del drama
de una época donde se negaron la libertad y la justicia y se pisoteó la dignidad del
ser humano», señaló el secretario de la Congregación para la Educación Católica, poniendo
de relieve asimismo que el tiempo que pasa lleva a la desaparición progresiva de los
testigos directos de aquella tragedia, por lo que hace falta un esfuerzo mayor para
conservar la memoria y transmitirla a las nuevas generaciones.
Alentando la
iniciativa del «Día de la memoria y de la prevención de los crímenes contra la humanidad»,
y todas las otras acciones que contribuyen «a mantener viva la memoria de aquellos
trágicos hechos, a reflexionar y a interrogarse», el arzobispo Brugés reiteró que
«el recuerdo del drama de las víctimas, el homenaje a su memoria exige que todos se
den cuenta de que aquellos acontecimientos tenebrosos deben ser un llamamiento a la
responsabilidad a la hora de construir el hoy y el mañana de nuestro continente, para
que en ningún lugar de Europa y de todo el mundo se repitan tragedias como aquella».
En este contexto, Mons. Brugués manifestó el profundo aprecio de la Santa
Sede por el compromiso de los países que se adhieren a la Convención cultural, para
que «a través de la enseñanza de la memoria se contribuya no sólo al conocimiento
del pasado, sino también a la comprensión mutua, al diálogo, a la prevención de los
crímenes contra la humanidad, a la consolidación de una Europa de las libertades y
del derecho».
El secretario de la Congregación para la Educación Católica,
recordó una vez más que «el derecho y la libertad son esenciales para evitar recaídas
totalitarias». Mons. Brugués advirtió que para evitar el peligro de caer nuevamente
en la barbarie es indispensable impulsa un derecho basado en un sentido elevado de
la dignidad humana y la justicia. Para que nunca falte la pasión por la justicia y
la libertad y el compromiso - cada uno según su propia capacidad - en conseguir que
«el mal no prevalezca sobre el bien, como sucedió con millones de hijos del pueblo
judío».
Por lo que el prelado alentó a «redoblar los esfuerzos para librar
al ser humano de los espectros del racismo, de la exclusión, de la marginación, de
la servidumbre y de la xenofobia». Con el anhelo de «extirpar las mismas raíces de
estos males que se insinúan también en la sociedad actual y socavan los fundamentos
de la convivencia humana».