2008-11-10 14:39:38

Cáritas: La pobreza sigue afectando a una quinta parte de los hogares españoles


Lunes, 10 nov (RV).- A pesar del proceso de crecimiento económico sostenido que se ha registrado en España en la última década, los índices de desigualdad y de pobreza apenas se han reducido. Éstos son los tristes datos que desvela el VI informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en España 2008 hecho público por Cáritas española. La radiografía de la realidad social de nuestro país entre 1994 y 2007 señala asimismo, que los niveles de pobreza se han mantenido constantes a lo largo de todo el período, a espaldas del proceso de extraordinaria generación de riqueza al que hemos asistido en los últimos años.

“Se ha consolidado en la estructura social una pobreza severa que se encuentra sin variación entre un 3 y un 4 por ciento de la población, lo que supone un déficit estructural de distribución a los sectores más vulnerables de la sociedad de los bienes y servicios necesarios para garantizar el pleno ejercicio de los derechos sociales”. Este fue el mensaje de alerta lanzado por Silverio Agea, director ejecutivo de la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada) y secretario general de Cáritas Española.

Los datos son alarmantes: la pobreza sigue afectando a una quinta parte de los hogares españoles y en la estructura social española permanece enquistado, además, un segmento de pobreza extrema que afectaría a entre un 2,6 y un 4% de la población. A lo largo de más de 800 páginas, el informe hace un preocupante diagnóstico de la situación social actual al señalar que la precariedad alcanza a una amplia capa social, que la exclusión social es una realidad constatada en más de un 17% de los hogares españoles, y que las situaciones de exclusión severa afectan a un 5.3% de los hogares.

Los datos de la investigación revelan, además, que existen grupos de población que hoy en día son considerablemente más vulnerables que al principio de los años 90. En concreto, algunas de las formas de pobreza, que se consideraban superadas, vuelven a manifestarse con notable crudeza: es el caso de las personas mayores, cuyas tasas de pobreza superan la de la media de la población y que se han visto afectados por la incapacidad del sistema de prestaciones para acercar el crecimiento de sus rentas al de la media de la población española.

Una de las notas más sobresalientes del Informe es el redescubrimiento de la pobreza infantil, al confirmar que la tasa de pobreza infantil en España no sólo es mayor que la de la media de la población –uno de cada cuatro niños vive con rentas por debajo del umbral– sino que es una de las más altas de la UE-25. Esta realidad es especialmente visible en el caso de los hogares monoparentales o de las familias numerosas.

El Informe analiza también la emergencia de la inmigración como uno de los colectivos con mayor riesgo de pobreza. Se constata que varias nacionalidades duplican las tasas de pobreza de los ciudadanos españoles y casi las triplican en el caso de la pobreza extrema. Los inmigrantes presentan también unos indicadores de privación, especialmente en vivienda, muy superiores a los de los hogares españoles.

Los resultados confirman que España registra un alto porcentaje de pobres transitorios, en comparación con otros países que tienen niveles similares de pobreza e, incluso, con aquellos que registran tasas de pobreza más altas. Este problema está relacionado con las singularidades de nuestro mercado de trabajo y suscita serios interrogantes respecto a las implicaciones de la flexibilización de los mercados de trabajo sobre el bienestar de las familias que dependen de los ingresos laborales de individuos que son activos. Los datos del Informe indican que los contratos temporales suponen un incremento de la probabilidad de experimentar pobreza no sólo a corto sino también a medio y largo plazo.

Por último el Informe constata que se dan tres situaciones que combinan la pobreza y la exclusión social con diversidad de grado e intensidad. Por un lado señala la pobreza integrada: sectores integrados socialmente, pero con ingresos insuficientes que les sitúan por debajo del umbral de pobreza, y suponen el 12,2% de los hogares. Para mejorar su situación, las políticas redistributivas, basadas en los mecanismos clásicos de la fiscalidad y la seguridad social, deberían ser suficientes. A éste se añaden los denominados excluidos ‘con dinero’: uno de cada 10 hogares (el 9,8%) se encuentra situado por encima del umbral de pobreza y que presenta diversos problemas de integración social por lo que no deberían quedar al margen de la intervención de los servicios sociales. Y por último, los excluidos pobres: estos hogares, que suponen el 7,2%, deberían ser los destinatarios principales de las políticas de activación unidas a la garantía de ingresos mínimos. De ellos, poco menos de la mitad, medio millón de hogares aproximadamente, se encontrarían en pobreza extrema y exclusión social. La carencia de una auténtica malla de seguridad hace que la situación de estas familias se muestre especialmente delicada y es posiblemente el mayor reto para la cohesión social en España.







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