El Papa recibe el próximo jueves a los participantes en el I Seminario organizado
por el Foro Católico-Musulmán, instituido por el Pontificio Consejo para el Diálogo
Interreligioso y exponentes musulmanes
Martes, 4 nov (RV).- Amor a Dios, amor al prójimo. Es el tema del I Seminario, que
se desarrolla a partir de hoy y hasta el próximo jueves- organizado por el Foro Católico-Musulmán,
instituido por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y por exponentes
musulmanes.
La cita tiene como telón de fondo la Carta, del 13 de octubre de
2007, dirigida a Su Santidad Benedicto XVI y a otros líderes de Iglesias y comunidades
eclesiales, por 138 personalidades musulmanas, y la respuesta que, en nombre del Santo
Padre, escribió el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, el 19 de noviembre
del año pasado.
El tema de este seminario se desarrollará siguiendo dos líneas
de profundización. Este primer día –precisamente hoy- está dedicado a “los cimientos
teológicos y espirituales”. Mañana, segundo día, se centrará en “la dignidad de la
persona humana y el respeto mutuo”. Sobre ambos temas se presentará una relación de
parte católica y una de parte musulmana, que servirán de base para los debates sucesivos.
Para el jueves, tercer día, está prevista una audiencia de Benedicto XVI a los participantes.
Por
la tarde del mismo jueves, en la Pontificia Universidad Gregoriana, tendrá lugar una
sesión pública, durante la cual se dará a conocer la Declaración común aprobada al
final de las sesiones. Además, intervendrán en este Seminario un representante musulmán
y uno católico.
Ante los micrófonos de Radio Vaticano, el secretario del Pontificio
Consejo para el Diálogo Interreligioso, Mons. Pier Luigi Celata, destacaba así la
importancia de este seminario en relación con el gran anhelo de paz para toda la humanidad.
R:
“La importancia se debe al hecho que nace de una propuesta que, por parte musulmana,
ve reunidos a exponentes de diversas tradiciones islámicas – como sunís y chiitas-
provenientes de países de distintas regiones del mundo. Este encuentro se coloca en
el marco de una situación general que ve una expectación bastante difusa, que por
una parte abarca el anhelo de despejar el terreno de la posibilidad de referirse a
las religiones – sobre todo a las monoteístas- para justificar actos o ideologías
de violencia. Y, por otra, este encuentro nace también de la conciencia compartida
de la responsabilidad que las grandes religiones – en particular el cristianismo y
el Islam, debido a una cuestión cuantitativa, estadística, por el número de sus seguidores-
tienen en relación con el gran anhelo de la humanidad: la paz”.
Este seminario,
recordamos, se enmarca en el foro católico-islámico, constituido por el Pontificio
Consejo para el Diálogo Interreligioso, con los representantes de los 148 musulmanes
que firmaron la conocida carta al Santo Padre y a otros líderes de Iglesias y Comunidades
cristianas, el año pasado:
R: “Un foro que ve su primera expresión en este
seminario. Y que tendrá seguimiento, según las intenciones que se han concordado.
Es decir, otro seminario, que se organizará dentro de dos años, siempre con el acuerdo
de ambas partes y cuya preparación estará, esta vez, a cargo de la parte musulmana.
En los que se refiere al Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, esta iniciativa
no es una novedad absoluta. Sino que se coloca en una tradición de búsqueda de diálogo,
de encuentro con los seguidores del Islam, y en particular- en una serie de iniciativas
que este mismo dicasterio pontificio organiza con regularidad con diversas instituciones
musulmanas. Este florecer de encuentros e iniciativas, como es sabido, nace a raíz
de la gran apertura que la Iglesia impulso, bajo la guía del magisterio de Pablo VI
y del Concilio Vaticano II.
En algunos países musulmanes se registran situaciones
difíciles para los cristianos, con limitaciones a su libertad, que llega incluso a
negarse ¿Cómo se mueve la Santa Sede en estos casos, para mejorar esta situación?
R:
“La Santa Sede actúa en varios ámbitos y con diversos instrumentos. Ante todo, con
la Iglesia local. La acción de la Santa Sede se enmarca siempre con la de la Iglesia
local. Por lo tanto, en el ámbito de esta comunión eclesial, las iniciativas pueden
ser bien distintas. En lo que se refiere, en particular, al Pontificio Consejo para
el Diálogo Interreligioso –como ya hicimos en ciertas regiones- intentamos favorecer
el encuentro entre los representantes de las diversas partes. Con el fin de que las
heridas que vienen de la historia puedan ser curadas. Para que se puedan afrontar
también cuestiones concretas. Para ver juntos cómo encontrar y favorecer las mejores
soluciones. El diálogo, allí donde se logra promover, tiene el objetivo de llevar
a aquellos que participan en él, a colaborar juntos por el bien de sus respectivas
comunidades y de toda la sociedad”.
También le preguntamos al secretario
del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, sobre las expectativas de este
I Seminario:
R: “Es un camino que comienza. Como todo camino tiende a una
meta. La meta del diálogo que conocemos: conocerse mejor, intentar comprender las
razones del uno y del otro, ver cuáles son los elementos que tenemos en común. Porque
juntos podemos dar una respuesta –reflejando el tema de este seminario- de amor coherente
a Dios, impulsando el amarnos los unos a los otros. Instaurar, pues, un clima, una
realidad, un estilo de relación que refleje este mandamiento nuevo, al menos para
nosotros, del amor. Un camino que busca la luz, con la fuerza de esta gracia que es
el amor de Dios mismo a nuestra disposición. Y anima nuestra esperanza para que podamos,
también con este camino –como hacemos con otros recorridos. Promover algo que responde
verdaderamente al diseño de Dios sobre sus criaturas. Al diseño del Padre sobre sus
hijos, que los quiere unidos en una común tensión, que sea de respeto mutuo, que sea
de realización en la solidariedad de nuestros destinos”.