2008-11-04 17:25:57

El Papa recibe el próximo jueves a los participantes en el I Seminario organizado por el Foro Católico-Musulmán, instituido por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y exponentes musulmanes


Martes, 4 nov (RV).- Amor a Dios, amor al prójimo. Es el tema del I Seminario, que se desarrolla a partir de hoy y hasta el próximo jueves- organizado por el Foro Católico-Musulmán, instituido por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y por exponentes musulmanes.

La cita tiene como telón de fondo la Carta, del 13 de octubre de 2007, dirigida a Su Santidad Benedicto XVI y a otros líderes de Iglesias y comunidades eclesiales, por 138 personalidades musulmanas, y la respuesta que, en nombre del Santo Padre, escribió el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, el 19 de noviembre del año pasado.

El tema de este seminario se desarrollará siguiendo dos líneas de profundización. Este primer día –precisamente hoy- está dedicado a “los cimientos teológicos y espirituales”. Mañana, segundo día, se centrará en “la dignidad de la persona humana y el respeto mutuo”. Sobre ambos temas se presentará una relación de parte católica y una de parte musulmana, que servirán de base para los debates sucesivos. Para el jueves, tercer día, está prevista una audiencia de Benedicto XVI a los participantes.

Por la tarde del mismo jueves, en la Pontificia Universidad Gregoriana, tendrá lugar una sesión pública, durante la cual se dará a conocer la Declaración común aprobada al final de las sesiones. Además, intervendrán en este Seminario un representante musulmán y uno católico.

Ante los micrófonos de Radio Vaticano, el secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, Mons. Pier Luigi Celata, destacaba así la importancia de este seminario en relación con el gran anhelo de paz para toda la humanidad.

R: “La importancia se debe al hecho que nace de una propuesta que, por parte musulmana, ve reunidos a exponentes de diversas tradiciones islámicas – como sunís y chiitas- provenientes de países de distintas regiones del mundo. Este encuentro se coloca en el marco de una situación general que ve una expectación bastante difusa, que por una parte abarca el anhelo de despejar el terreno de la posibilidad de referirse a las religiones – sobre todo a las monoteístas- para justificar actos o ideologías de violencia. Y, por otra, este encuentro nace también de la conciencia compartida de la responsabilidad que las grandes religiones – en particular el cristianismo y el Islam, debido a una cuestión cuantitativa, estadística, por el número de sus seguidores- tienen en relación con el gran anhelo de la humanidad: la paz”.

Este seminario, recordamos, se enmarca en el foro católico-islámico, constituido por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, con los representantes de los 148 musulmanes que firmaron la conocida carta al Santo Padre y a otros líderes de Iglesias y Comunidades cristianas, el año pasado:

R: “Un foro que ve su primera expresión en este seminario. Y que tendrá seguimiento, según las intenciones que se han concordado. Es decir, otro seminario, que se organizará dentro de dos años, siempre con el acuerdo de ambas partes y cuya preparación estará, esta vez, a cargo de la parte musulmana. En los que se refiere al Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, esta iniciativa no es una novedad absoluta. Sino que se coloca en una tradición de búsqueda de diálogo, de encuentro con los seguidores del Islam, y en particular- en una serie de iniciativas que este mismo dicasterio pontificio organiza con regularidad con diversas instituciones musulmanas. Este florecer de encuentros e iniciativas, como es sabido, nace a raíz de la gran apertura que la Iglesia impulso, bajo la guía del magisterio de Pablo VI y del Concilio Vaticano II.

En algunos países musulmanes se registran situaciones difíciles para los cristianos, con limitaciones a su libertad, que llega incluso a negarse ¿Cómo se mueve la Santa Sede en estos casos, para mejorar esta situación?

R: “La Santa Sede actúa en varios ámbitos y con diversos instrumentos. Ante todo, con la Iglesia local. La acción de la Santa Sede se enmarca siempre con la de la Iglesia local. Por lo tanto, en el ámbito de esta comunión eclesial, las iniciativas pueden ser bien distintas. En lo que se refiere, en particular, al Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso –como ya hicimos en ciertas regiones- intentamos favorecer el encuentro entre los representantes de las diversas partes. Con el fin de que las heridas que vienen de la historia puedan ser curadas. Para que se puedan afrontar también cuestiones concretas. Para ver juntos cómo encontrar y favorecer las mejores soluciones. El diálogo, allí donde se logra promover, tiene el objetivo de llevar a aquellos que participan en él, a colaborar juntos por el bien de sus respectivas comunidades y de toda la sociedad”.

También le preguntamos al secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, sobre las expectativas de este I Seminario:

R: “Es un camino que comienza. Como todo camino tiende a una meta. La meta del diálogo que conocemos: conocerse mejor, intentar comprender las razones del uno y del otro, ver cuáles son los elementos que tenemos en común. Porque juntos podemos dar una respuesta –reflejando el tema de este seminario- de amor coherente a Dios, impulsando el amarnos los unos a los otros. Instaurar, pues, un clima, una realidad, un estilo de relación que refleje este mandamiento nuevo, al menos para nosotros, del amor. Un camino que busca la luz, con la fuerza de esta gracia que es el amor de Dios mismo a nuestra disposición. Y anima nuestra esperanza para que podamos, también con este camino –como hacemos con otros recorridos. Promover algo que responde verdaderamente al diseño de Dios sobre sus criaturas. Al diseño del Padre sobre sus hijos, que los quiere unidos en una común tensión, que sea de respeto mutuo, que sea de realización en la solidariedad de nuestros destinos”.







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