Lunes, 3 nov (RV).- El editorial, “Octava Dies” de esta semana, del director de nuestra
emisora el p. Federico Lombardi lleva por título: “A África para esperar”.
El
anuncio dado por el Papa de su próximo viaje al continente africano, en marzo de 2009,
es una noticia importante. Juan Pablo II, que había dedicado a África una grandísima
y apasionada atención – hasta el punto de ser denominado por el cardenal Thiandoum:
“Juan Pablo II el africano” – en los últimos años de pontificado no pudo volver al
Continente: sus últimos breves viajes se realizaron en el 98 a Nigeria y en el 2.000
a Egipto y al Sinaí.
Benedicto XVI ha viajado ya a varios países de Europa,
América, Oceanía y en una cierta forma también a Asia con su viaje a Turquía, pero
no ha visitado todavía ningún país africano. Ciertamente, África con sus graves problemas
ha estado presente en sus palabras y en su corazón, pero un viaje tiene siempre un
significado fortísimo de participación, de presencia, de contacto directo. Además,
el próximo año 2009 será el año de la Asamblea especial del Sínodo de los Obispos
para África y el viaje del Papa tendrá un papel fundamental en su preparación, de
manera que toda la Iglesia orientará su mirada hacia África. La solidaridad espiritual
y hacedora de la comunidad universal de los creyentes acompañará el renovado compromiso
de crecimiento de las comunidades católicas que – como aquella de Angola – cuentan
ya con cinco siglos de vida, tienen su historia y tradición cuya base sirve para mirar
al futuro.
Todos tenemos en los ojos imágenes dramáticas de conflictos y de
pobreza, pero también una extraordinaria vitalidad del Continente que hay que liberar,
animar, sostener y orientar, para que los africanos puedan construir África con dignidad
y esperanza. Un mensaje de esperanza: es este ciertamente el que el Papa Benedicto
XVI llevará a la tierra africana.