2008-10-30 16:13:10

Jornadas Nacionales de Pastoral de Turismo: “El turismo religioso. Su necesaria conceptualización”


Jueves, 30 oct (RV).- El Departamento de Pastoral de Turismo, Santuarios y Peregrinaciones de la Conferencia episcopal española organiza del 11 al 13 de noviembre en Ávila, las Jornadas Nacionales de Pastoral de Turismo bajo el tema: “El turismo religioso. Su necesaria conceptualización”.

La importancia del Turismo y de sus consecuencias es hoy innegable, como señalan los organizadores, porque el turismo, como cualquier otra realidad humana, existe y se define por la experiencia en sí pero sobre todo por aquellos que la llevan a cabo, es decir, los hombres y mujeres que viajan, los turistas. El turismo ha ido tomando diversos rostros o formas que han dejado de ser un calificativo del concepto genérico para convertirse en una entidad propia. Entre estas aparece el llamado “turismo religioso”, que limita con otras experiencias similares como son la peregrinación o el turismo cultural. Todos los agentes implicados en este ámbito turístico, de manera especial la Iglesia, pero no exclusivamente, son conscientes de que al definirlo es en ocasiones un concepto equívoco e incluso vacío del contenido que le es propio.

Ante esta realidad y con el fin de dar una respuesta acorde con lo que sustancialmente corresponde a la Iglesia en este ámbito del mundo de Turismo, el Departamento ofrece un espacio de reflexión y de diálogo dedicado a los agentes de pastoral de turismo, a los rectores de santuarios, responsables de patrimonio, a los agentes turísticos, escuelas universitarias de turismo, entes de la administración, para tratar de definir lo que entendemos comúnmente como “turismo religioso”.

Las jornadas darán inicio el 11 de noviembre con el saludo del director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Pastoral, D. Sebastià Taltavull, y del obispo Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral, Mons. Jesús Catalá, Obispo de Alcalá de Henares, así como del obispo de Ávila, Mons. Jesús García Burillo. Durante esta Jornadas Nacionales de Pastoral de Turismo se hablará de la “Aproximación histórica al fenómeno del turismo religioso. Sus consecuencias económicas”, “Iglesia y Turismo”, “Viaje a los mundos de Dios. Turismo, arte y religión”, “Turismo religioso. Sus perfiles”, o “La necesidad de una investigación sobre el Turismo religioso”, entre otros temas.

Siguiendo esta óptica, el Pontificio Consejo para la Pastoral de emigrantes e Itinerantes publicó en 2001 unas orientaciones para la Pastoral del Turismo. En las conclusiones del texto se ponía de relieve que el turismo es una circunstancia ideal en que el hombre percibe que es peregrino en el tiempo y en el espacio: “Vivificados y congregados en su Espíritu, peregrinamos hacia la perfecta consumación de la historia humana, que coincide plenamente con el designio de su amor: ‘Recapitular todo en Cristo, cuanto existe en los cielos y sobre la tierra’ (Ef 1,10)”. La Iglesia, que sigue el itinerario ejemplar de su Maestro y Señor, enseña a los hombres a descubrir su verdadera vocación. En efecto, en el íntimo de cada hombre se manifiesta la profunda inquietud propia de la condición de Homo viator, se percibe la sed de nuevos horizontes, se advierte la certeza radical de que sólo en el infinito de Dios se alcanza la meta de la existencia.

La búsqueda del hombre se hace evidente y explícita en el turismo. Para satisfacer su deseo de conocer otras personas y otras culturas, para desarrollar sus capacidades personales y vivir nuevas experiencias, el hombre no renuncia a dedicar una parte de su tiempo libre al turismo. Esta búsqueda que se expresa en el turismo, no se manifiesta sólo cuando el hombre puede emprender grandes viajes o aventuras peligrosas, sino que resulta particularmente evidente en el esfuerzo de cada uno o de la familia en procurarse uno o más días de descanso juntos, en las incomodidades sufridas en un viaje para visitar familiares o amigos, en la colaboración que una excursión de grupo demanda.

Con María, Madre de Dios e imagen de la Iglesia, todo turista, asombrado por la belleza contemplada en la Creación (cf. Sap 13,3), podrá magnificar el Señor (cf. Lc 1,46) y narrar las obras maravillosas que Él ha obrado (cf. Sir 42,15-43,33), llevando así un mensaje de esperanza a sus hermanos en humanidad.







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