2008-10-23 12:51:33

“Ejemplo admirable de construcción de la paz a través de la vía maestra y siempre actual del diálogo”. Mensaje de Benedicto XVI a 30 años de la mediación de Juan Pablo II en el diferendo austral entre Argentina y Chile


Jueves, 23 oct (RV).- La Santa Sede hizo público hoy el texto del Mensaje que en nombre de Benedicto XVI, envió el cardenal Secretario de Estado Tarcisio Bertone, al cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y gran canciller de la Pontificia Universidad Católica Argentina, con motivo de la jornada dedicada al 30° aniversario de la mediación de Juan Pablo II en la crisis entre Argentina y Chile.

En efecto, en el texto leemos que con motivo de la Jornada dedicada “a los 30 años de la Mediación de Su Santidad Juan Pablo II en el diferendo austral entre Argentina y Chile. Los frutos de la paz (1978-2008)”, organizada por la Pontificia Universidad Católica de Argentina de Buenos Aires, que se celebró el pasado 16 octubre, el Santo Padre desea hacer llegar un afectuoso saludo a los participantes en ese solemne acontecimiento. Y afirma que estas celebraciones quieren recordar la mediación pontificia que contribuyó a resolver una controversia, que corría el riesgo de convertirse en un conflicto, y reflexionar sobre los frutos de paz que de ella han derivado hasta nuestros días.

“El recuerdo de los acontecimientos de hace treinta años –afirma el Papa- está indisolublemente unido a la amada figura de Papa Juan Pablo II y a la destacada obra de su delegado especial, el cardenal Antonio Samoré, ambos muy comprometidos en la búsqueda de la paz y de la concordia entre los pueblos argentinos y chileno, unidos desde siglos por sólidos vínculos de fe y solidariedad”. También se menciona al cardenal Agostino Casaroli y a sus colaboradores que, tras la muerte del llorado cardenal Samoré, finalizaron los trabajos de la mediación, hasta conseguir la firma de una declaración conjunta de paz y de amistad, que tuvo lugar en la Ciudad del Vaticano el 23 de enero de 1984.

Se trata de una actuación que el Papa define “ejemplo admirable de construcción de la paz a través de la vía maestra y siempre actual del diálogo”, que tiene come finalidad no la supremacía de la fuerza y del interés, sino la afirmación de una justicia ecuánime y solidaria, fundamento seguro y estable de la convivencia entre los pueblos. Por esta razón añade que a treinta años del acontecimiento, la mediación del Beagle sigue siendo un ejemplo que se puede poner para llamar la atención de la Comunidad internacional, ya que muestra, junto a la paciencia y a la responsabilidad de las partes implicadas, cómo en todas las controversias el diálogo no perjudica los derechos, sino que amplía el campo de las posibilidades razonables para resolver las divergencias.

“Es necesario, por tanto –prosigue el mensaje pontificio-, seguir recurriendo a la diplomacia y a sus métodos de negociación, que toman su fuerza del bagaje moral de los pueblos, dándoles confianza para garantizar la paz, la seguridad y el bienestar”. Porque las nuevas generaciones, teniendo presente las lecciones de la historia, antigua y reciente, están llamadas a mirar al futuro con ojos de esperanza y a comprometerse en la realización de la civilización del amor, de la cual Juan Pablo II fue profeta, aunque no siempre fuera escuchado.

El cardenal Tarcisio Bertone escribe que mientras desea que la iniciativa contribuya a reforzar los vínculos de paz y amistad entre los pueblos hermanos de la región, el Santo Padre invoca sobre todos los participantes en esa Jornada abundantes gracias divinas e imparte cordialmente a las queridas poblaciones argentina y chilena, como signo de su paterna solicitud, la Bendición Apostólica. Y añade que en esta feliz circunstancia, uniéndose a los deseos del Santo Padre, el secretario de Estado de Su Santidad aprovecha la ocasión para reiterar al cardenal Jorge Mario Bergoglio los sentimientos de su consideración y estima en Cristo.

Sigue el texto del mensaje pontificio:

Al Eminentísimo
Cardenal Jorge Mario Bergoglio, SJ
Arzobispo de Buenos Aires
Gran Canciller de la Pontificia Universidad Católica Argentina.

Señor Cardenal:
Con motivo de la Jornada dedicada “A 30 años de la Mediación de su Santidad Juan Pablo II en el diferendo austral entre Argentina y Chile. Los frutos de la paz (1978-2008)”, organizada por la Pontificia Universidad Católica de Argentina de Buenos aires el próximo 16 octubre, el Santo Padre desea hacer llegar un afectuoso saludo a los participantes en ese solemne acontecimiento.
Las celebraciones programadas quieren recordar la mediación pontificia que contribuyó a resolver una controversia, que corría el riesgo de convertirse en un conflicto, y reflexionar sobre los frutos de paz que de ella han derivado hasta nuestros días.

El recuerdo de los acontecimientos de hace treinta años está indisolublemente unido a la amada figura de Papa Juan Pablo II y a la destacada obra de su Delegado especial, el Cardenal Antonio Samoré, ambos muy comprometidos en la búsqueda de la paz y de la concordia entre los pueblos argentinos y chileno, unidos desde siglos por sólidos vínculos de fe y solidariedad. Es obligado también mencionar al Card. Agostino Casaroli y a sus colaboradores que, tras la muerte del llorado Card. Samoré, finalizaron los trabajos de la mediación, hasta conseguir la firma de una declaración conjunta de paz y de amistad, que tuvo lugar en el Vaticano el 23 de enero de 1984. Fue un ejemplo admirable de construcción de la paz a través de la vía maestra y siempre actual del diálogo, que tiene come finalidad no la supremacía de la fuerza y del interés, sino la afirmación de una justicia ecuánime y solidaria, fundamento seguro y estable de la convivencia entre los pueblos.

A treinta años del acontecimiento la mediación del Beagle continúa siendo un ejemplo que se puede poner para llamar la atención de la Comunidad internacional, ya que muestra, junto a la paciencia y a la responsabilidad de las partes implicadas, cómo en todas las controversias el diálogo no perjudica los derechos, sino que amplía el campo de las posibilidades razonables para resolver las divergencias. Es necesario, por tanto, seguir recurriendo a la diplomacia y a sus métodos de negociación, que toman su fuerza del bagaje moral de los pueblos, dándoles confianza para garantizar la paz, la seguridad y el bienestar. Las nuevas generaciones, teniendo presente las lecciones de la historia, antigua y reciente, están llamadas a mirar al futuro con ojos de esperanza y a comprometerse en la realización de la civilización del amor, de la cual Juan Pablo II fue profeta, aunque no siempre fuera escuchado.
Mientras desea que la iniciativa contribuya a reforzar los vínculos de paz y amistad entre los pueblos hermanos de la región, el Santo Padre invoca sobre todos los participantes en esa Jornada abundantes gracias divinas e imparte cordialmente a las queridas poblaciones argentina y chilena, como signo de su paterna solicitud, la Bendición Apostólica.

En esta feliz circunstancia, uniéndome a los deseos del Santo Padre, aprovecho la ocasión para reiterarle, Señor Cardenal, los sentimientos de mi consideración y estima en Cristo.

Tarcisio Cardenal Bertone
Secretario de Estado de Su Santidad
 







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