El Patriarca Ecuménico Bartolomé I afirmó en su intervención en el Sínodo que la tarea
de la misión de la iglesia sería mucho más intensa si todos los cristianos pudieran
llevarla adelanté con una sola voz y como Iglesia plenamente unida
Domingo, 19 oct (RV).- Benedicto XVI presidió ayer por la tarde, en la Capilla Sixtina,
la celebración de las Primeras Vísperas del XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, en
ocasión de la participación del Patriarca Ecuménico Bartolomé I en la XII Asamblea
General del Sínodo de los Obispos, dedicada a «La Palabra de Dios en la vida y en
la misión de la Iglesia».
Tras la celebración, el Santo Padre dio la bienvenida
y saludó al Patriarca Ecuménico Bartolomé I dándole la Palabra: “La meditación de
la Palabra de Dios es luz, que guía nuestros pasos. Hemos tenido la alegría de tener
con nosotros en esta circunstancia de intenso recogimiento al Patriarca Ecuménico
su Santidad Bartolomé I a quien saludo cordialmente también en vuestro nombre. Os
invito a escuchar ahora las reflexiones que él nos presentará sobre el tema de la
palabra de Dios. Argumento del Sínodo de los obispos”.
Por su parte, el Patriarca
agradeció al Papa la invitación para participar en este encuentro que calificó de
histórico, tanto por el tema de discusión -“La Palabra de Dios”- , como por el hecho
de que por primera vez en la historia, a un Patriarca Ecuménico se le ofrece la oportunidad
de dirigirse a un Sínodo católico y participar “a un nivel tan alto”. De ahí que consideró
este gesto como una obra del Espíritu Santo que guía a estas Iglesias -la ortodoxa
y la católica- a una más estrecha y profunda relación recíproca, que es un paso importante
para la comunión plena.
Además, el Patriarca Bartolomé I considerando la importancia
eclesiológica que la Iglesia ortodoxa atribuye al primado y al sistema sinodal, el
Patriarca Ecuménico aseguró que teniendo el privilegio de dirigirse al este Sínodo
de la Iglesia católica, aumenta las esperanzas de que llegue el día en que las dos
Iglesias converjan plenamente sobre el papel del primado y de la sinodalidad en la
vida de la Iglesia, temas sobre los que está trabajando la común Comisión teológica.
Hablando
más detenidamente sobre el tema del Sínodo de Obispos sobre la Palabra de Dios, el
Patriarca Ecuménico subrayó que “no es sólo importante y fundamental para la Iglesia
católica romana sino para todos aquellos que están llamados a testimoniar a Cristo
en todos los tiempos”. “La misión y la evangelización –dijo Su Beatitud- son un deber
permanente de la Iglesia de cada tiempo y lugar”. “No obstante -observó el Patriarca
Ecuménico- éste deber de evangelizar naturalmente sería mucho más intensificado y
reforzado si todos los cristianos pudrirán llevarlo adelanté con una sola voz y como
Iglesia plenamente unida. Una oportunidad que este sínodo está ofreciendo al abrir
sus puertas a los delegados ecuménicos”.
Tras estas palabras, el Patriarca
Ecuménico reflexionó ampliamente sobre algunos aspectos intrínsecos al tema del Sínodo
sobre la Palabra de Dios, orientándose hacia tres áreas: “Escuchar y proclamar la
Palabra a través de la Escritura”, “Ver la Palabra de Dios: la belleza de los iconos
y de la naturaleza; y “Tocar y compartir la Palabra de Dios en la comunión de los
santos y en los sacramentos de la vida”. Al concluir sus reflexiones el Patriarca
recordó que el desafío que se nos presenta como cristianos es el del discernimiento
de la Palabra frente al mal, y la transfiguración de cada mínimo detalle y grano de
este mundo a la luz de la Resurrección. Y finalizó afirmando que “la victoria está
ya dada en lo profundo de la Iglesia cada vez que experimentamos la gracia de la reconciliación
y de la comunión
Al final del discurso del Patriarca Ecuménico, Benedicto XVI
volvió a tomar la palabra expresando que con estas reflexiones se ha vivido realmente
un Sínodo. “Hemos estado juntos en camino en la tierra de la Palabra Divina”, dijo
el Papa al Patriarca, asegurándole que bajo su guía “hemos encontrado la belleza con
gran alegría de escuchar la Palabra de Dios y ser confrontados con este don de su
Palabra”. “Hemos visto que ir al corazón de la Sagrada Escritura, realmente la Palabra
entre las palabras, escuchar la Palabra de Dios, abre también los ojos hacia nuestro
mundo y la realidad de hoy y esto es también una feliz experiencia de unidad casi
no perfecta pero verdadera y profunda”.
Y recordando que teniendo ambas iglesias
los mismos padres no pueden sino ser hermanas, el Papa concluyó agradeciendo nuevamente
a Bartolomé I su presencia en el Sínodo y sus palabras que acompañaran e iluminarán
los trabajos de la Asamblea la próxima semana. El Santo Padre Benedicto XVI impartió
su bendición apostólica seguida del Patriarca Bartolomé I que impartió la bendición
en griego.