Audiencia general: Benedicto XVI dedica la catequesis a la relación de san Pablo con
Jesús, el Maestro que el apóstol de los gentiles no conoció personalmente, pero cuyo
mensaje le fue transmitido por la primitiva comunidad cristiana
Miércoles, 8 oct (RV).- Cerca de 40 mil fieles y peregrinos han acogido con cantos
y aplausos esta mañana a Benedicto XVI en la plaza de san Pedro, donde ha tenido lugar
la habitual Audiencia General. “Igual que san Pablo -ha explicado el Papa en su catequesis,
que una vez más ha dedicado al apóstol de las gentes-, así también nosotros debemos
aprender a conocer a Jesús: “no como una persona del pasado, sino como un hermano
que está con nosotros y nos enseña cómo vivir y cómo morir”.
Benedicto XVI
ha afirmado que existen dos maneras para conocer a Jesús o a cualquier otra persona:
de manera carnal, es decir, exterior: (su rostro, su figura, el aspecto); o con el
corazón. Pero sólo de esta última manera se conoce verdaderamente a una persona. “San
Pablo -ha recordado el Papa- no piensa en Jesús como lo haría un historiador, como
si fuera una persona del pasado. “Del Jesús terrenal él presupone muchas cosas, más
que narrarlas”. Para el apóstol Pablo, de hecho, “Jesucristo es la vida de nuestra
vida”. “Aquí y ahora”. Una concepción que debemos preservar como un tesoro.
Tema
específico de la reflexión catequética del Pontífice ha sido la relación de Pablo
con Jesús, el Maestro que el Apóstol de los gentiles no conoció personalmente, pero
cuyo mensaje le fue transmitido de una manera fiel, por la primitiva comunidad cristiana.
Los Doce apóstoles comenzaron a conocer verdaderamente a Jesús con la amistad del
corazón. “Hoy existen personas doctas que saben todo sobre Jesús, pero en realidad
no lo conocen. En cambio, otras sencillas de corazón, no saben todas estas cosas pero
lo conocen realmente”. San Pablo nos enseña que las Palabras de Jesús no pertenecen
al pasado, porque están vivas”.
Este ha sido el resumen que de su catequesis
ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes
en la Plaza de san Pedro:
Queridos
hermanos y hermanas:
Aunque San Pablo sólo se encontró
con Cristo resucitado en el camino de Damasco, consideramos hoy su relación con el
llamado “Jesús histórico”. Cuando dice en la Segunda carta a los Corintios que conoció
a Cristo “según la carne” (5,16), no se refiere a que hubiera estado con Él en la
tierra, sino que lo había considerado con criterios humanos. Al Jesús histórico, Pablo
lo conoció a través de la primera comunidad cristiana, es decir, por la mediación
de la Iglesia. En los escritos paulinos hay numerosas referencias directas y explícitas
de lo que él había oído sobre la figura y la predicación del Maestro, que ahora, como
dice Pablo, es el “Señor”. Además, hay también otras alusiones claras a enseñanzas
de Jesús transmitidas por los Evangelios sinópticos, así como temas que remiten a
la predicación de Jesús, cambiando a veces el contexto para aplicarlos a quienes,
sin haber conocido al Jesús terreno, reconocen al Señor resucitado como nuestro Redentor
y Salvador. Más que contar muchas cosas de Jesús como alguien del pasado, Pablo las
presupone, y proclama que Él es para cada uno, ahora y siempre, la vida de nuestra
vida. Este es su magnífico mensaje para nosotros.
Saludo
a los peregrinos de lengua española, en particular a las Hermanas Hospitalarias del
Sagrado Corazón de Jesús, y a los grupos de Argentina, Ecuador, España, México y otros
Países latinoamericanos. Os invito, con san Pablo, a tener los sentimientos de una
vida en Cristo. Muchas gracias.
Como siempre el Santo Padre, antes de
finalizar la audiencia se ha dirigido a los jóvenes a los enfermos ya a los recién
casados. Queridos hermanos y hermanas, que el mes de octubre, dedicado al Santo Rosario,
constituya una preciosa ocasión para valorizar esta tradicional oración mariana. Os
exhorto a todos a recitar el Rosario cada día, abandonándoos con confianza en las
manos de María.