Publicado el Documento final del VI Congreso Mundial de la Pastoral para los Gitanos
Viernes, 3 oct (RV).- Durante los días 1 al 4 de septiembre de 2008, se ha celebrado
en Frisinga, Alemania, el VI Congreso Mundial de la Pastoral para los Gitanos, promovido
por el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, en colaboración
con la Conferencia Episcopal Alemana. Los 150 delegados (obispos, sacerdotes, diáconos,
religiosos, agentes de pastoral laicos y representantes de los gitanos), procedentes
de 26 Países europeos, de América Latina y de Asia, analizaron el tema: “Los jóvenes
gitanos en la Iglesia y en la sociedad”. Con ello, el Congreso ha pretendido resaltar
el papel que la joven generación gitana puede desempeñar en favor de la promoción
humana y cristiana de su pueblo.
Durante los cuatro días de estudio, los participantes
valoraron las necesidades espirituales y materiales de los jóvenes gitanos, con el
propósito también de denunciar las situaciones desfavorables que objetivamente pesan
sobre ellos, para favorecer una auténtica integración y su mayor participación en
los proyectos y en las decisiones y actividades que les conciernen. Además, se estudió
la manera de alcanzar métodos más adecuados para que favorecer su formación humana,
profesional y religiosa.
La inauguración estuvo precedida por una rueda de
prensa para la presentación del tema del congreso, a cargo del Arzobispo Agostino
Marchetto, Secretario del Consejo Pontificio, y del Obispo Mons. Norbert Trelle, Promotor
Episcopal de la Pastoral para los Gitanos en Alemania. Mons. Marchetto leyó en precedencia
el Mensaje-Telegrama, enviado para la ocasión por el Santo Padre, en el que el Pontífice
deseaba que el encuentro “suscite un renovado compromiso que apoye la integración
de los jóvenes gitanos en la Iglesia y en la sociedad”.
En las conclusiones
del congreso se pone de manifiesto una evidencia: el futuro, es de los jóvenes. Cualesquiera
que sean, gitanos o payos, es necesario valorarlos dignamente y brindarles la ocasión
de convertirse en un recurso para la Iglesia y para la sociedad. Los jóvenes gitanos,
incluso en plena transformación, siguen siendo portadores de valores que debemos descubrir
para enriquecernos.