La Santa Sede tiene gran esperanza en el movimiento a favor de la abolición de la
pena de muerte
Martes, 30 sep (RV).- La Iglesia católica "mira con extremo favor y con gran esperanza
la movilización internacional que tiene como objetivo final cancelar la pena capital
de todos los ordenamientos jurídicos y estatutarios". Así lo afirmó ayer el secretario
del Consejo Pontificio para la Pastoral de Emigrantes e Itinerantes, Mons. Agostino
Marchetto, durante el III Congreso internacional de ministros de Justicia, que se
clausura hoy en Roma, convocado por la Comunidad de San Egidio.
Mons. Marchetto
explicó que la Santa Sede tiene gran esperanza en el movimiento a favor de la abolición
de la pena de muerte, especialmente tras la moratoria sobre las ejecuciones aprobada
por las Naciones Unidas el pasado mes de diciembre. La firma de esta moratoria da
a entender, dijo, que la cultura de la vida "hoy es compartida universalmente, a pesar
de las continuas amenazas y derivaciones violentas".
Esta moratoria, afirmó,
ha abierto "un periodo de reflexión, de examen, de control sobre las mejores expresiones
de la justicia penal apta para garantizar eficazmente el orden público y la seguridad
de las personas, y al mismo tiempo sea más conforme a la dignidad del hombre, también
de la del condenado". Sin embargo, añadió, la Iglesia "es consciente al mismo tiempo
de la complejidad de esta cuestión, y de la necesidad de proceder con decisión y de
forma gradual".
Por ello, monseñor Marchetto mostró su satisfacción por el
aumento de países abolicionistas en África, "que han aumentado a trece, mientras que
los que aplican la moratoria de facto son 23". Se trata, añadió, "de un dato de extraordinaria
relevancia para un área geográfica del mundo, mirada siempre con escepticismo y pesimismo
por parte de los analistas internacionales".
Para la Iglesia, añadió el prelado,
la vida humana es "sagrada" desde la concepción hasta la muerte natural, según el
"diseño divino de una civilización del amor y de la vida". Frente a esto, "la pena
de muerte aparece cada vez más como un instrumento inaceptable, además de inútil y
dañino". "Por esto el magisterio católico, que ha ilustrado el valor de la vida como
fundamento de toda sociedad, condena abiertamente la pena capital".
El arzobispo
Marchetto se mostró esperanzado de que "el camino hacia un mundo sin la pena de muerte
esté cada vez más expedito y que llegue pronto a su destino final".
El Congreso
fue inaugurado ayer por el Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, Cardenal
Renato Martino, quien aseguró que “la Iglesia siempre ha estado y siempre estará a
favor de la vida”. “La vida humana -señaló el purpurado- debe ser siempre defendida,
incluso la vida de aquellos que concientemente han asesinado”.