2008-09-30 15:14:06

La Santa Sede tiene gran esperanza en el movimiento a favor de la abolición de la pena de muerte


Martes, 30 sep (RV).- La Iglesia católica "mira con extremo favor y con gran esperanza la movilización internacional que tiene como objetivo final cancelar la pena capital de todos los ordenamientos jurídicos y estatutarios". Así lo afirmó ayer el secretario del Consejo Pontificio para la Pastoral de Emigrantes e Itinerantes, Mons. Agostino Marchetto, durante el III Congreso internacional de ministros de Justicia, que se clausura hoy en Roma, convocado por la Comunidad de San Egidio.

 Mons. Marchetto explicó que la Santa Sede tiene gran esperanza en el movimiento a favor de la abolición de la pena de muerte, especialmente tras la moratoria sobre las ejecuciones aprobada por las Naciones Unidas el pasado mes de diciembre. La firma de esta moratoria da a entender, dijo, que la cultura de la vida "hoy es compartida universalmente, a pesar de las continuas amenazas y derivaciones violentas".

 Esta moratoria, afirmó, ha abierto "un periodo de reflexión, de examen, de control sobre las mejores expresiones de la justicia penal apta para garantizar eficazmente el orden público y la seguridad de las personas, y al mismo tiempo sea más conforme a la dignidad del hombre, también de la del condenado". Sin embargo, añadió, la Iglesia "es consciente al mismo tiempo de la complejidad de esta cuestión, y de la necesidad de proceder con decisión y de forma gradual".

 Por ello, monseñor Marchetto mostró su satisfacción por el aumento de países abolicionistas en África, "que han aumentado a trece, mientras que los que aplican la moratoria de facto son 23". Se trata, añadió, "de un dato de extraordinaria relevancia para un área geográfica del mundo, mirada siempre con escepticismo y pesimismo por parte de los analistas internacionales".

 Para la Iglesia, añadió el prelado, la vida humana es "sagrada" desde la concepción hasta la muerte natural, según el "diseño divino de una civilización del amor y de la vida". Frente a esto, "la pena de muerte aparece cada vez más como un instrumento inaceptable, además de inútil y dañino". "Por esto el magisterio católico, que ha ilustrado el valor de la vida como fundamento de toda sociedad, condena abiertamente la pena capital".

El arzobispo Marchetto se mostró esperanzado de que "el camino hacia un mundo sin la pena de muerte esté cada vez más expedito y que llegue pronto a su destino final".

 El Congreso fue inaugurado ayer por el Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, Cardenal Renato Martino, quien aseguró que “la Iglesia siempre ha estado y siempre estará a favor de la vida”. “La vida humana -señaló el purpurado- debe ser siempre defendida, incluso la vida de aquellos que concientemente han asesinado”.







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