2008-09-27 16:19:54

El Papa reitera su pesar por la trágica muerte del embajador checo y por las otras víctimas del reciente atentado perpetrado en Islamabad, reza por el fin de la violencia y alienta a trabajar sin cesar por la paz y la seguridad en todo el mundo


Sábado, 27 sep (RV).- En su bienvenida al nuevo embajador de la República Checa, que le ha presentado sus Cartas Credenciales, Benedicto XVI ha agradecido las palabras con las que este diplomático ha puesto de relieve la importante influencia del cristianismo en el patrimonio cultural checo y, en particular, el papel que el Evangelio desempeñó brindando esperanza al pueblo de esta nación durante la represión. «Esperanza que la Iglesia ofrece a cada generación, impulsando la paz entre todos los pueblos», ha reiterado el Papa, recordando «la actividad diplomática de la Iglesia y su defensa de la dignidad humana de las personas, destinadas a una vida de comunión con Dios y con toda la familia humana».

Con profunda emoción, Benedicto XVI ha reiterado su pesar y sus sinceras condolencias a todo el pueblo checo por «la trágica muerte del embajador de la República Checa en Pakistán, asesinado junto con otras víctimas en el reciente atentado perpetrado en Islamabad». Asegurando que reza «cada día para que terminen pronto semejantes actos de agresión», el Papa ha renovado su «aliento a todos aquellos que están comprometidos en las misiones diplomáticas a trabajar sin desmayo, cada vez más, con el fin de impulsar la paz y garantizar la seguridad en todo el mundo».

Destacando el anhelo de la nación checa en favor de la solidaridad, que le permitió emerger con valentía a partir de la caída del totalitarismo, y el deseo de su pueblo de contribuir al bienestar de la familia humana - impulsando la cooperación internacional en la lucha contra la violencia, el hambre, la pobreza y otras plagas sociales - el Papa se ha referido a los nuevos caminos que se abren ante la presidencia de turno de la Unión Europea, que la República Checa asumirá el próximo año.

Presidencia que permitirá a la nación checa promover la unidad en la diversidad de los pueblos europeos, en el respeto de la soberanía de cada nación y en favor del progreso económico y de la justicia social en todo el continente. La Iglesia conoce bien los desafíos que afronta Europa mientras sus naciones anhelan la construcción de una comunidad internacional más estable para las generaciones futuras», ha señalado Benedicto XVI, recordando luego que la felicidad y el bienestar de las personas no se pueden lograr sólo a través de estructuras sociales y políticas. Por lo que es indispensable la cooperación de las familias, de las comunidades eclesiales, de las escuelas, de la economía y de las instituciones gubernamentales. Todos al servicio del bien común.

En este contexto, el Papa ha hecho hincapié en el beneficio que se presenta a toda la sociedad cuando la Iglesia puede ejercer su legítimo derecho en la misión y ministerio que le corresponden. Reconociendo los progresos alcanzados en la República Checa, también en lo que respecta al reconocimiento de las propiedades eclesiales, el Santo Padre ha expresado su anhelo de que se solucione pronto lo que concierne al futuro de la Catedral de Praga - «testimonio vivo de la rica herencia cultural y religiosa de esta nación y de la armoniosa coexistencia de la Iglesia y del estado».

Haciendo hincapié en que «por su naturaleza, el Evangelio apremia a las personas de fe a ofrecerse a sí mismas, en un servicio de amor a los hermanos y hermanas, sin distinción y sin condiciones, Benedicto XVI ha recordado que el «amor es la manifestación que brota de la fe, que sostiene a la comunidad de creyentes y los impulsa a ser signos de esperanza para el mundo». Como muestra la intensa y cotidiana actividad de Caritas, en los servicios sociales que ofrece también en la nación checa. En particular, en favor de las madres embarazadas, personas sin hogar, minusválidos y presos.

El Papa ha expresado su satisfacción y aprecio por la importante colaboración entre la Caritas y los ministerios de sanidad, trabajo y asuntos sociales en la República Checa, «muestra de los buenos frutos que se pueden alcanzar, gracias a una estrecha colaboración entre el estado y los organismos de la Iglesia». Citando la importancia de ello en la formación de la juventud y en la comunidad internacional y destacando el gran servicio de numerosos checos que colaboran con Caritas y otras organizaciones humanitarias, Benedicto XVI ha alentado a perseverar en estos generosos esfuerzos, al servicio del bien común en esta nación y en todo el mundo.







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