El Papa reitera su pesar por la trágica muerte del embajador checo y por las otras
víctimas del reciente atentado perpetrado en Islamabad, reza por el fin de la violencia
y alienta a trabajar sin cesar por la paz y la seguridad en todo el mundo
Sábado, 27 sep (RV).- En su bienvenida al nuevo embajador de la República Checa, que
le ha presentado sus Cartas Credenciales, Benedicto XVI ha agradecido las palabras
con las que este diplomático ha puesto de relieve la importante influencia del cristianismo
en el patrimonio cultural checo y, en particular, el papel que el Evangelio desempeñó
brindando esperanza al pueblo de esta nación durante la represión. «Esperanza que
la Iglesia ofrece a cada generación, impulsando la paz entre todos los pueblos», ha
reiterado el Papa, recordando «la actividad diplomática de la Iglesia y su defensa
de la dignidad humana de las personas, destinadas a una vida de comunión con Dios
y con toda la familia humana».
Con profunda emoción, Benedicto XVI ha reiterado
su pesar y sus sinceras condolencias a todo el pueblo checo por «la trágica muerte
del embajador de la República Checa en Pakistán, asesinado junto con otras víctimas
en el reciente atentado perpetrado en Islamabad». Asegurando que reza «cada día para
que terminen pronto semejantes actos de agresión», el Papa ha renovado su «aliento
a todos aquellos que están comprometidos en las misiones diplomáticas a trabajar sin
desmayo, cada vez más, con el fin de impulsar la paz y garantizar la seguridad en
todo el mundo».
Destacando el anhelo de la nación checa en favor de la solidaridad,
que le permitió emerger con valentía a partir de la caída del totalitarismo, y el
deseo de su pueblo de contribuir al bienestar de la familia humana - impulsando la
cooperación internacional en la lucha contra la violencia, el hambre, la pobreza y
otras plagas sociales - el Papa se ha referido a los nuevos caminos que se abren ante
la presidencia de turno de la Unión Europea, que la República Checa asumirá el próximo
año.
Presidencia que permitirá a la nación checa promover la unidad en la diversidad
de los pueblos europeos, en el respeto de la soberanía de cada nación y en favor del
progreso económico y de la justicia social en todo el continente. La Iglesia conoce
bien los desafíos que afronta Europa mientras sus naciones anhelan la construcción
de una comunidad internacional más estable para las generaciones futuras», ha señalado
Benedicto XVI, recordando luego que la felicidad y el bienestar de las personas no
se pueden lograr sólo a través de estructuras sociales y políticas. Por lo que es
indispensable la cooperación de las familias, de las comunidades eclesiales, de las
escuelas, de la economía y de las instituciones gubernamentales. Todos al servicio
del bien común.
En este contexto, el Papa ha hecho hincapié en el beneficio
que se presenta a toda la sociedad cuando la Iglesia puede ejercer su legítimo derecho
en la misión y ministerio que le corresponden. Reconociendo los progresos alcanzados
en la República Checa, también en lo que respecta al reconocimiento de las propiedades
eclesiales, el Santo Padre ha expresado su anhelo de que se solucione pronto lo que
concierne al futuro de la Catedral de Praga - «testimonio vivo de la rica herencia
cultural y religiosa de esta nación y de la armoniosa coexistencia de la Iglesia y
del estado».
Haciendo hincapié en que «por su naturaleza, el Evangelio apremia
a las personas de fe a ofrecerse a sí mismas, en un servicio de amor a los hermanos
y hermanas, sin distinción y sin condiciones, Benedicto XVI ha recordado que el «amor
es la manifestación que brota de la fe, que sostiene a la comunidad de creyentes y
los impulsa a ser signos de esperanza para el mundo». Como muestra la intensa y cotidiana
actividad de Caritas, en los servicios sociales que ofrece también en la nación checa.
En particular, en favor de las madres embarazadas, personas sin hogar, minusválidos
y presos.
El Papa ha expresado su satisfacción y aprecio por la importante
colaboración entre la Caritas y los ministerios de sanidad, trabajo y asuntos sociales
en la República Checa, «muestra de los buenos frutos que se pueden alcanzar, gracias
a una estrecha colaboración entre el estado y los organismos de la Iglesia». Citando
la importancia de ello en la formación de la juventud y en la comunidad internacional
y destacando el gran servicio de numerosos checos que colaboran con Caritas y otras
organizaciones humanitarias, Benedicto XVI ha alentado a perseverar en estos generosos
esfuerzos, al servicio del bien común en esta nación y en todo el mundo.