Benedicto XVI anima a un grupo de nuevos obispos a continuar difundiendo la Palabra
del Evangelio a pesar de las persecuciones, ataques violentos, relativismo, y descristianización
del mundo
Sábado, 20 sep (RV).- Este mediodía, Benedicto XVI ha recibido en su residencia veraniega
de Castelgandolfo a los obispos nombrados recientemente, que participan en el curso
de actualización promovido por la Congregación para la Evangelización de los pueblos.
Se trata de un seminario de puesta al día que se sitúa en el curso del Año Paulino,
con la intención de profundizar en el conocimiento del espíritu misionero y de la
personalidad carismática de san Pablo, considerado el gran Apóstol de las gentes.
En
su discurso, el Papa ha asegurado que el espíritu de este “maestro de la fe y de la
verdad” iluminará y enriquecerá el ministerio pastoral y episcopal de los nuevos obispos.
“Pablo no es para nosotros simplemente una figura del pasado, que recordamos con veneración,
él es también nuestro maestro, y es el apóstol divulgador de Jesucristo. “De él debemos
aprender a mirar con simpatía a los pueblos a los cuales hemos sido enviados”. “Debemos
aprender de él a buscar en Cristo la luz y la gracia para anunciar la Buena Nueva.
Siguiendo su ejemplo debemos recorrer los caminos de todo el mundo llevando a Cristo
a los que ya les han abierto el corazón y a los que no lo han conocido todavía”.
Vuestra
vida de pastores, a menudo difícil y compleja -ha señalado el Papa a los obispos-
en muchos aspectos se parece a la del apóstol Pablo. “En las sociedades en las que
vivís se abate cada vez con mayor violencia el viento de la des-cristianización, de
la indiferencia religiosa, de la secularización y del relativismo de los valores”.
“Esto crea un ambiente frente al cual las armas de la predicación, como en el caso
de Pablo en Atenas, pueden aparecer sin la fuerza necesaria. Y tampoco faltan situaciones
en las que los Pastores incluso debéis defender a vuestros fieles de persecuciones
y ataques violentos”.
“No tengáis miedo ni os desaniméis por todos estos inconvenientes,
dejaos aconsejar e inspirar por san Pablo que sufrió mucho por las mismas causas y
en cambio trabajó infatigablemente viviendo hasta el fondo la preocupación por toda
la Iglesia. No huía de las dificultades y de los sufrimientos porque era consciente
de que forman parte de la cruz que los cristianos debemos llevar cada día. Es por
este motivo que recomendaba a su hijo espiritual Timoteo: ‘Sufre tu también conmigo
por el Evangelio’”.
Benedicto XVI ha afirmado que “el sufrimiento nos une a
Cristo y a los hermanos y expresa la plenitud del amor, cuya fuente y prueba suprema
es la misma cruz de Cristo”. Pablo llegó a esta convicción tras la experiencia de
las persecuciones que hubo que afrontar en la predicación del Evangelio, ha afirmado
el Santo Padre, pero descubrió por aquel camino la riqueza del amor de Cristo y la
verdad de su misión de Apóstol.
El Papa ha terminado su alocución invitando
a los nuevos obispos, al inicio de su ministerio episcopal, a recurrir “a este potente
maestro de la evangelización, aprendiendo de él cómo amar a Cristo; cómo sacrificarse
en el servicio a los demás; cómo identificarse con los pueblos en medio de los cuales
estáis llamados a predicar el Evangelio”.